Entrevista relámpago

Entrevista relámpago

–Oye, Partenio, me han dicho que el cura del barrio donde vive Lolona organizó una manifestación política el domingo pasado. Tienes que vigilarlo, pues parece peligroso y atrevido. –Lo que pasa es que nuestros amigos de Los Abanicos están construyendo un almacén. Quieren alquilar espacios a todo el que desee guardar mercancías bien custodiadas. Ya está lista la nave; sólo falta instalar las puertas corredizas; las rejas de las ventanas ya están empotradas. Ellos ordenan los herrajes en talleres distantes del almacén. Entregan un plano con dimensiones y requerimientos. Ellos mismos transportan los hierros al almacén y los montan con otras personas. –¿Y eso que tiene que ver con el cura?

–Después que ellos encargan el trabajo, dejan un espía en los alrededores del taller para prevenir cualquier cosa. Uno de esos espías oyó a un boca floja del taller, llamado Bululo, que criticaba la forma en que se vive en nuestros barrios. El muy imbécil mandó un “operador intrépido” en una motocicleta para que lo atropellara. Lo que hizo fue matarlo. El jefe del taller es amigo del cura. Por eso llevaron el muerto a la iglesia. El cura tocó una campana y la gente vino corriendo al sepelio. Dijo un discurso y puso a lloriquear a una multitud de pendejos.

–Ahora entiendo; me dijeron que la gente está alborotada; que han decidido formar una junta directiva de vecinos, una guardia nocturna, un batallón de limpieza y no sé cuantas cosas más. Aseguran que el cura es el líder de esas “brigadas colectivas”. Partenio, por el momento, lo mejor es no volver a usar ese taller de herrería. Hasta que pase algún tiempo y se apacigüen los comentarios. Tan pronto terminemos este café ve donde ellos y diles lo que hay que hacer.

Partenio clavó los ojos en el hombre que tenía enfrente. Él siempre sabe “lo que está pasando”; también sabe “lo que va a pasar” el año que viene. Las cejas, el bigote, el mentón, de este hombre, le causaron temor. Sin embargo, admiró su capacidad para decidir rápidamente cuál camino escoger en la selva. “El hombre” se levantó del asiento, salió a la calle y montó en su flamante ¨station-wagon” negro.

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