Existe una industria dominicana, que utiliza tecnología de punta y cuenta con un personal altamente capacitado, herramientas que les permiten ponerse a la par de las más modernas del mundo. Sin embargo, persisten graves problemas que le impiden competir en igualdad de condiciones con sus similares de Centroamérica.
No obstante, entre los directivos y miembros del sector manufacturero local existe la esperanza que de la segunda parte de la Cumbre de la unidad frente a la crisis mundial, que promueve el gobierno, salgan las medidas que equiparen a los productores locales con sus competidores de la región.
Manuel Díez Cabral, presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana, aunque algo escéptico, se manifiesta esperanzado de que de este encuentro salga al fin el Plan de Nación que tome en cuenta que es el sector privado el que genera riquezas, y el que crea los empleos que mantienen la paz social.
A sus 44 años, y tras pasar por el fogueo que supone la presidencia de la pujante Asociación de Jóvenes Empresarios (ANJE), Díez Cabral afronta la presidencia de la AIRD en tiempos de crisis, convencido de que si todos los sectores nacionales, públicos y privados, no asumen el rol y hacen el aporte que le corresponde, el futuro del país no será el mejor.
Un panorama difícil
La situación actual de la industria dominicana es difícil, ya que factores internos, ligados a la crisis de la economía mundial, e internos, produjeron la desaceleración del sector durante la segunda mitad de 2008, y los primeros meses de 2009.
Esta coyuntura, unida a los viejos problemas de competitividad de la economía dominicana, amenaza el sostenimiento de las industrias, y ha dejado como secuela la pérdida de miles de empleos, sostiene Diez Cabral.
Definitivamente hubo una desaceleración en la segunda mitad de 2008, que ha continuado en 2009. Esta desaceleración vino primero por la decisión del gobierno de duplicar, o más que duplicar las tasas de intereses, que le puso un paro total a ciertos sectores, y realmente redujo la actividad económica en el país, con lo que buscaba compensar el proceso inflacionario que vivía el país, empujado en buena medida por el tema del aumento de costo a nivel internacional por el precio del petróleo, pero también por el gasto enorme que se hizo durante el proceso electoral del 2008.
Entonces, lamentablemente, como sucede a menudo, el sector privado es el que paga las consecuencias, porque el peso de esa corrección vino casi en un 100% al sector privado, a través del aumento de la tasas de interés, sostuvo.
La tapa al pomo vino con el giro que dio la economía mundial a partir de agosto, cuando los precios se derrumbaron a nivel internacional, que debilitó aun más la posición de los productores dominicanos, que terminaron el año con una posición muy débil. El 2009 se inició en el marco económico muy débil, marcado por un déficit de las cuentas corrientes de la balanza de pagos superior al 9% del PIB, y se espera que este año supere el 6%, cifras récords para la economía dominicana.
Superar estos números es muy difícil si no se superan los problemas de competitividad que enfrenta el sector industrial, si el país aprende a exportar, creando primero las condiciones para hacerlo.
Un camino de dos vías
Durante el pasado año más de 34 mil empleos se perdieron en las diferentes industrias del país. Recuperarlos no es posible si estas empresas no recuperan niveles de competitividad que les permitan colocar sus productos en igualdad de condiciones que sus competidores.
Para Diez Cabral la responsabilidad de levantar la competitividad y la capacidad exportadora del país es tanto del gobierno como de los propios empresarios. Siempre hemos dicho que el sector privado tiene que hacer su parte, aprender a competir fuera del país y no solo dentro.
En ese camino, la AIRD, afirma, ha venido trabajando en el desarrollo de clusters, ha creado el Instituto de Excelencia Empresarial y el Portal Industrial. Entiende que estas son herramientas que puede mejorar la eficiencia de los productores. Los empresarios deben también mantener el proceso de modernización de sus empresas que han emprendido desde hace varios años.
Ahora bien, toca al gobierno buscar soluciones a problemas básicos del país, que constituyen trabas para la producción. Son problemas que han persistido por años, sin que hayan podido superarse.
Cita entre los principales obstáculos el problema eléctrico, ya que están obligados a operar con un sistema malo y muy caro. Otro grave problema es el acceso al financiamiento. ¿Cómo tu modernizas una fábrica si no tienes acceso al financiamiento?.
También tienen serios inconvenientes con el transporte, debido a los obstáculos que pone la federación que agrupa a los transportistas, que, siendo empresarios como cualquiera, no permiten la competencia.
El costo laboral es para la AIRD uno de los problemas más grave, ya que, afirma Díez Cabral, es el más alto de la región.
Nosotros decidimos como país entrar en un mundo globalizado, hacer acuerdos de libre comercio y de repente le estamos diciendo al sector industrial que compita, pero ni siquiera las zonas francas pueden competir y pagan mucho menos impuestos que los sectores locales, entonces cómo van a competir los sectores locales.
Dijo que la consecuencia de no hacer nada es el desempleo, que subió mucho el año pasado.
El protagonista
Manuel Díez Cabral
Presidente de la Asociación de industrias de la República Dominicana
Presidente de Diesco, Ltd, grupo empresarial compuesto por Termopac Industrial y Polyplas Dominicana en Republica Dominicana y Pac-Tech International en Puerto Rico. En adición, es presidente del Consejo de Directores de Cristalia Premium Water, la embotelladora de agua más grande de Puerto Rico.
Graduado en Historia, con concentración en Sistema de Información y Cómputo en Williams College, de Massachusetts, y de maestría en Administración de Empresas con especialidad en Mercadeo y Finanzas, en Northwestern. Ha ocupado puestos importantes en empresas diversas de los Estados Unidos, Puerto Rico y en el país.
Es directivo del CONEP, fundador de Barna, Chairman de la Región del Caribe de la Young Presidents Organization, miembro de FINJUS, de la CACRD.
Lo que esperan de la segunda etapa de la Cumbre
El presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana reconoce que muchos de los planteamientos que llevaron a la Cumbre de Unidad Nacional frente a la Crisis Mundial hallaron eco, y el gobierno cumplió con una parte de los compromisos.
Sin embargo, falta los de mediano y largo plazo que son, a su juicio, los más difíciles.
Enfocar el aumento sustancial de las exportaciones debe ser un tema principal dentro de un plan de desarrollo. Estimular las ventas al exterior requiere, afirma, la eliminación del impuesto sobre la renta a las exportaciones, ya que los competidores del país no pagan, y además el sacrificio fiscal sería poco, por el bajo nivel de las exportaciones nac ionales es. También debe eliminarse el impuesto sobre los activos, que son rentas mínimas presuntas.
Entiende urgente que se aplique a cabalidad la Ley de Electricidad, y que modifique el código laboral.
Entiende que abordar la modificación del código laboral, para reducir los beneficios que reciben los empleados, que equivale al 64% del salario. Esta modificación solo afectaría a los empleados nuevos, ya que a nadie se le ocurriría despojar a los trabajadores de derechos adquiridos. Reconoce que una medida como esa tiene un costo político, pero cree que será mayor el costo si no se hace nada.