Entusiasmo de Lula por desarrollar el etanol atrae a nuevos “conversos”

Entusiasmo de Lula por desarrollar el etanol atrae a nuevos “conversos”

Por Richard Lapper
En São Paulo

El presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva rara vez pierde una oportunidad para promocionar el potencial de la industria de etanol de su país, en su intento por lograr una mayor influencia en el mundo.

Recientemente, un grupo de líderes de las Américas empezó a compartir su entusiasmo, alegando que la cooperación entre el Norte hambriento de energía y el Sur rico en tecnología y recursos, pudieran crear las bases de una mayor integración y relaciones políticas más saludables en el hemisferio.

“Al servir como catalizador del desarrollo rural [en América Latina] y una nueva fuente de comercio para sus vecinos hemisféricos, las importaciones de etanol realmente van en la dirección de los intereses estratégicos de Estados Unidos -algo que no se puede decir de las importaciones de petróleo del Oriente Medio”, expresó Alberto Moreno, el diplomático colombiano que preside el Banco Interamericano de Desarrollo, la mayor institución para el desarrollo de la región.

Otros partidarios prominentes son José Miguel Insulza, el socialista chileno que preside la Organización de Estados Americanos, y Jeb Bush, el ex-gobernador de La Florida, hermano del presidente Bush, que preside la Comisión Interamericana de Etanol, un órgano regional creado el año pasado para promover los combustibles verdes. Jeb Bush describió recientemente la cooperación con los biocombustibles para EEUU como algo en que ganan todos. Podría, dijo, crear empleos, incrementar la prosperidad, cambiar los flujos migratorios y reducir la dependencia del combustible de “fuentes inestables controladas por enemigos de nuestro país”.

Muchos analistas dicen que la “alianza de los `biofuels´” podría contribuir a equilibrar la creciente influencia del gobierno de Hugo Chávez de Venezuela, rico en petróleo.

Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, el centro de análisis con sede en Washington, dice: “Mucho de lo que Chávez hace en la región depende de la energía y sus vínculos con Brasil”.

Chávez y su aliado cubano, el presidente Fidel Castro, han criticado los planes de expandir la producción de biocombustibles, alegando que el uso del maíz para etanol ha provocado fuertes aumentos en los precios de los alimentos. El presidente de Venezuela otorgó créditos en términos concesionarios a gobiernos latinoamericanos, que le permiten a estos reducir la carga de las importaciones de petróleo, pero el desarrollo de los biocarburantes pudiera reducir esa dependencia del petróleo venezolano barato.

Este año, el BID prometió unos US$3 millardos para promover los biocombustibles en la región. Y varios países del Caribe y América Central ya están exportando etanol libre de impuestos hacia EEUU.

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