Mostrenco es indefinición carente de normas claras y precisas, y en derecho civil, algo sin dueño, extracto ponencia presidente Donald Trump el 29 del presente mes, concerniente a formular una paz “a la carta”, idéntico a ordenar una comida, en el diferendo de 72 años entre palestinos y hebreos en Palestina.
Desde que Trump dispuso trasladar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén, ipso facto se autodescartó imparcial intermediario calificado para pautar providencias justas de un acuerdo que concluyan la gresca entre las dos etnias, y la inexorable conclusión de dos Estados, sin lo cual jamás habrá paz ni seguridad en Tierra Santa.
Este 29 de enero, Trump, en la Casa Blanca, acompañado del halcón primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, bendijo 700 asentamientos hebreos estimulados por Bibi en Cisjordania, cedida por el rey Hussein de Jordania el 3l-07- l988 a los palestinos, para junto a la Franja de Gaza, proclamar en su momento, el inexorable Estado palestino.
Así, los embrollos encharcados de Afganistán, Iraq, Corea del Norte, China, Rusia, Siria, Cuba, Venezuela, Nicaragua, sin soluciones del magnate inmobiliario, que esquivará el “impeachment” por la robustez de la primera economía.
La humanidad es forzada a una pausa, y aguardar el ocaso de Trump, que viene en noviembre, y el relevo de un mandatario dotado de la clarividencia luminosa de superar el impasse palestino-hebreo, pautando providencias condignas por la paz definitiva en Palestina, con el imperativo sine qua non de dos Estados.