Envejecimiento de población de EEUU afecta el mercado de bonos

Envejecimiento de población de EEUU afecta el mercado de bonos

Puede culparse al invierno inclemente del escaso crecimiento económico y a las tensiones en Ucrania por el marcado aumento de la demanda.

Jeffrey Gundlach, el famoso administrador de renta fija cuyo fondo de inversión ha superado al 97 por ciento de sus pares, tiene una explicación más simple del motivo por el cual los inversores se han equivocado tanto este año en el mercado de bonos: el envejecimiento de los Estados Unidos.

El aumento de la cantidad de jubilados significa una reducción de la fuerza laboral, lo que deriva en menos gasto, menor inflación y mayor demanda de inversiones que generen ingresos con bajo riesgo.

RBC Capital Markets, uno de los 22 operadores que están obligados a ofertar en las subastas de bonos del Tesoro de los Estados Unidos, dice que el crecimiento anual de población en edad de trabajar se desacelerará a 0,2% en la próxima década, mientras que fue de 1,2% en los 10 años anteriores a la crisis financiera.

Eso contribuye a explicar por qué los mejores se equivocaron al pronosticar un mercado bajista en los bonos de los Estados Unidos, y por qué los rendimientos de los bonos del Tesoro de referencia podían permanecer en un nivel bajo durante los próximos años, según Gundlach.

“Es una de las razones de que los rendimientos no vayan a explotar hacia arriba”, dijo Gundlach, que administra US$50,000 millones como máximo responsable ejecutivo y uno de los fundadores de DoubleLine Capital LP, en una entrevista del 7 de mayo de Tom Keen en la sede de Bloomberg en Nueva York. “Parte de esa ecuación es la demanda de ingreso de la creciente cantidad de retirados”.

‘Nueva normalidad’. La explicación demográfica forma parte del giro que da Gundlach a la “nueva normalidad” de Bill Gross, un término que el fundador de Pacific Investment Management Co. popularizó en 2009 para describir una época de menor crecimiento y reducción de la influencia estadounidense en el mundo luego de la crisis del crédito. Gundlach habla de una “no normalidad”.

Desde 2008, la Reserva Federal ha inundado la economía con más de US$3 billones de dinero barato a los efectos de mantener bajos los costos crediticios y restablecer el crecimiento.

Si bien la peor recesión desde la época de la Gran Depresión llegó a su fin hace cinco años, en el mercado de bonos persisten las dudas sobre la flexibilidad de la demanda de los consumidores de los Estados Unidos en momentos en que la Fed reduce sus compras de bonos este año.

Los bonos del Tesoro han subido 2,5%, lo que desafía las estimaciones de los economistas de un segundo año de declinación. Los bonos a mayor plazo lideran el avance con los mayores aumentos desde 1995, lo que hace bajar a 2,62% los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años.

A comienzos de 2014 los pronosticadores estimaban que los rendimientos estarían cerca de 3% para este momento y en 3,4 por ciento para fin de año.

El producto interno bruto creció a un ritmo anualizado de 0,1% en el primer trimestre, dijo el Departamento de Comercio el 30 de abril, menos que todas excepto una de las 83 estimaciones de una encuesta de Bloomberg que indicó un crecimiento de 1,2%.

Si bien los empleadores de los Estados Unidos crearon más empleos el mes pasado que en cualquier otro momento desde 2011, el promedio de ingresos por hora se encuentra estancado.

Gundlach considera que hay pocas razones para pronosticar un repentino aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos porque una población que envejece con rapidez reducirá la demanda a largo plazo en una economía que ya se ve afectada por la falta de crecimiento salarial.

 

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