Envejecimiento saludable

Envejecimiento saludable

La Organización Mundial de la Salud publicó su Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud 2015. Se trata de una recopilación de trabajos de investigación, repartida en siete capítulos, que se inicia con uno titulado Agregar salud a los años. Le siguen: Envejecimiento Saludable, La salud en la vejez, Sistemas de salud, Sistemas de cuidados a largo plazo, Hacia un mundo amigable con las personas mayores, y Los próximos pasos. Es un texto de lectura obligada para todas las personas envueltas en la planificación, ejecución y seguimiento a la política sanitaria a favor de la gente que pasa de los sesenta años. La información contenida en el texto resulta también útil para quienes tengan familiares, allegados o conocidos que sean adultos mayores; igualmente es de valor para los jóvenes que aspiran algún día alcanzar la bella edad del pelo plateado. A modo de entusiasmar a potenciales lectores, haré un breve comentario acerca del segundo capítulo del libro. En la formulación de una estrategia de salud pública tendente a enfrentar la futura realidad de una población de envejecientes en crecimiento, debe tenerse en cuenta, no solamente las limitantes biológicas y psicosociales que acompañan a ese período de la vida, sino también la heterogeneidad de las mismas. No hay dos individuos que a los setenta años muestren el mismo grado de deterioro en su salud, todo va a depender de la composición de su genotipo, el entorno social y ambiental, así como del nivel cultural y estado económico en que haya vivido la persona. No es lo mismo envejecer nadando en la riqueza que ahogándose en la pobreza.

La rectora de la salud mundial escoge la plataforma de la Declaratoria Política y el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento que se resume en los siguientes postulados: “tener en cuenta la heterogeneidad de las experiencias en la vejez y asegurar la pertinencia de las estrategias para todas las personas mayores, independientemente de su estado de salud; ocuparse de las inequidades que subyacen a esta diversidad; evitar los estereotipos y preconceptos discriminatorios por motivos de edad; empoderar a las personas mayores para que se adapten a los desafíos que enfrentan y al cambio social que acompaña al envejecimiento de la población, y para que influyan en ellos; tener en cuenta los entornos en los que viven las personas mayores; tener en cuenta la salud desde la perspectiva de la trayectoria de funcionamiento de la persona mayor, en lugar de la enfermedad o la comorbilidad que presenta en un momento de su vida”. Se entiende por envejecimiento saludable el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. El término bienestar comprende la felicidad, la satisfacción y la plena realización. Entre los postulados tenemos el de crear las condiciones sociales para que el anciano mejore su capacidad de movimiento y pueda crear y mantener relaciones, aparte de satisfacer sus necesidades básicas. Se hace énfasis en la prevención de las enfermedades crónicas, la detección temprana y su control, amén del enfoque centrado en la persona.

Una nueva visión del envejeciente implica el reemplazo de la obsoleta idea del reposo, aislamiento y abandono, por la del movimiento, interacción e integración social de los adultos mayores.

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