El imputado de narcotráfico Sidney Rafael Matías Pérez fue enviado ayer a prisión por tres meses, tras ser revocada la medida de coerción consistente en presentación periódica que le había impuesto el juez de la Oficina de Atención Permanente Juan Francisco Consoró.
Los jueces de la tercera sala de la Corte de Apelación del Distrito Nacional, presidida por el magistrado Ramón Ignacio Camacho, acogió así el pedimento del Ministerio Público que alegó que el imputado representa peligro de fuga, toda vez que por el hecho que se le imputa podría ser condenado a 30 años de prisión.
Criticaron que el juez Rodríguez Consoró, quien fue suspendido en sus funciones, le impusiera al imputado la medida de coerción más simple, no obstante su vinculación comprobada con 363 kilos de cocaína.
Lo confunden. De su lado, el imputado sostuvo ser inocente del hecho que se le imputa, e insistió que la conversación telefónica interceptada por el MP donde supuestamente él da instrucciones a la persona que fue detenida con la droga, no es él quien habla.
Asegura que el propio MP en la acusación dice que dicha conversación fue “triangulada” desde la cárcel de Najayo, y él estaba preso en una Cárcel de San Juan de la Maguana.
Admitió que en una ocasión se vió involucrado en otro caso de drogas del cual dijo estar arrepentido; que pagó por ello un tiempo en la cárcel y entregando parte de su patrimonio en un acuerdo al que arribó con el actual procurador general.
“Yo quiero rehacer mi vida con mi familia y no me dejan; no sé porqué me quieren preso; me atosigan; a cada rato me apresan en las calles, me allanan y no encuentran nada… Yo no tengo nada que ver con eso, me dicen El Fuerte y yo nunca he tenido apodo”, dijo Sidney a los jueces cuando le dieron oportunidad de manifestarse.