¿E’pa’fuera que van, e’soñando que ‘tan o Hipólito se burla de la gente?

¿E’pa’fuera que van, e’soñando que ‘tan o Hipólito se burla de la gente?

Hablar de publicidad en la República Dominicana a 8 días de sus elecciones presidenciales nos obliga a conectarnos con lo que está pasando en esta sociedad mediática e involucrarnos en el análisis del contenido de la mezcla promocional en la campaña de los partidos mayoritarios.

Este tramo final ha desatado un contenido irracional, tirando al piso las propuestas programáticas y eso se refleja en la publicidad con una avalancha de anuncios y eslogans que surgen de la creatividad popular y de las recomendaciones de los analistas del marketing.

Los ejemplos están ahí. El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) esperó casi tres meses hasta que las investigaciones le diera resultados favorables al uso de un eslogan propuesto entre decenas de frases. De ese laboratorio salió «Vuelve el Progreso», y ahora resulta que a unos muchachos de Monte Plata se les ocurrió hacer un merenguito que dice «e’ pa’ fuera que van» y la gente lo tomó como tema de campaña. En la encuesta de abril de la firma Penn, Schoen & Berland este eslogan obtuvo un 64% de aprobación en la población votante. En las elecciones del año 2000 a los peledeístas le dieron pa’ fuera con el uso de una palabra surgida de la población que los ponía como el diablo: «comesolos».

El PLD intentó combatir el «comesolo» tratando de pegarle al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) el apodo de «comején», y resulta que cuando un producto está en su tope y queremos combatirlo parodiando su mensaje o eslogan lo que hacemos es reforzar su presencia en la mente del consumidor.

El PRD comete el mismo error y le responde al PLD «e’soñando que tan» con un merengue muy pegajoso que conduce a la gente al mambo del PLD «e’pa fuera que van».

Por lo que se está escuchando y viendo todo parece indicar que los estrategas del PLD se han visto obligados a dejar de lado los anuncios subliminales y complejos para bajar al lenguaje popular y llano comparando la situación de los precios de la comida y la medicina antes y después de Hipólito y cerrando con la frase de los muchachos compositores del interior del país.

De su parte los del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), con unos números en las encuestas que los colocan en un difícil tercer lugar, desarrollan una estrategia de comunicación prometiendo rebajas en los comestibles y diciéndole al candidato de la reelección: «Hipólito, no te burles de la gente». Estos anuncios se diseñan tratando de romper la creciende polarización PRD PLD. Por la colocación de otros anuncios anunciando significativas rebajas en los comestibles, el pueblo ha bautizado a Eduardo Estrella como «el rompeprecios», ayundando de manera directa a la imagen de un famoso supermercado del país.

En este momento los programas de gobierno y los planteamientos muy profundos de la campaña no penetran en los votantes, que se encuentran en un verdadero carnaval electoral, donde lo emocional bloquea lo racional. Las pasiones llegan a sus límites y las promociones a través de caravanas, bonches y mítines se convierten en fiestas, sazonadas por el consumo de bebidas alcohólicas que alteran los ánimos y muchas veces terminan generando violencia. A ello se suma la integración de grupos sociales muy deprimidos, unos ilusionados porque su partido va al poder y otros temerosos de que los saquen del gobierno.

Indudablemente que los «comesolos» están muy contentos con las encuestas y el mismo pueblo que antes los rechazaba hoy repite con ellos «e’pa’fuera que van».

Los aparatos de radio y de televisión revientan de publicidad política de todos los niveles y las calles, abarrotadas de vallas, flequillos y estíckers, se entaponan por las últimas caravanas de la campaña. Guaguas, carros de concho y colmados se convierten en centros de debates. Los ayuntamiento pierden el aliento detrás de los embadurnadores del espacio público y muchos «padres de familia» aprovechan la fiesta para levantar viviendas en terrenos privados o del Estado. Aunque se ha avanzado mucho en materia de marketing y medios, Latinoamérica sigue su tradición de carnaval electoral y aquí, en Dominicana, los mensajes han llegado a su máximo resumen conceptual: «E’pa’fuera que van», «E’soñando que ‘tan» o «Hipólito se burla de la gente».

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