Epidemia de dengue

Epidemia de dengue

Una de nuestras más lamentables endemias es nuestra tendencia a no hacerle caso a lo endémico.

Las plagas y enfermedades, si son endémicas, dejan de preocuparnos y nos adaptamos a sus efectos como si se tratara de respirar.

Fue virtualmente “a la mala”, por una fuerte presión internacional, que asumimos el compromiso de erradicar la polio, el sarampión  y el tétanos. Pasó lo mismo con la malaria, en época de la tiranía de Trujillo.

En esta oportunidad la ofensiva la comete el dengue. Es una ofensiva subregional que la Organización Mundial de la Salud (OMS) teme que llegue a adquirir dimensiones de epidemia.

El dengue común, de por sí, provoca daños terribles en las personas que lo padecen. La variante hemorrágica es aún peor, pues ocasiona muertes y, cuando no, lesiones que pueden ser permanentes.

Mientras la incidencia de dengue se hace cada vez más fuerte y amplia en América Latina, especialmente en el Caribe, en este caribeño país estamos de lo más quitados de bulla.

La campaña para erradicar hospederos del mosquito que transmite el dengue es inconsistente y figurera, cuando ha debido ser persistente y tenaz.

II

Estamos asumiendo en el caso del dengue un comportamiento que no se corresponde con una realidad pluviométrica que propicia la multiplicación de mosquitos transmisores de esta enfermedad, a la que no hacemos mucho caso porque, como es endémica, hay que acostumbrarse a coexistir con ella.

Quizás nos hace falta, para actuar como corresponde, que un organismo internacional como la OMS nos tire de las greñas para que asumamos una una actitud más decidida en cuanto al dengue.

Mientras más transmisores del dengue común multipliquemos, más posibilidades habrá de que se incuben cepas del virus que produce la temible variante hemorrágica de esta enfermedad.

Es probable que el auge de la enfermedad obedezca en parte a un descuido generalizado en los países de la zona, agravado por cambios climáticos que han alterado los regímenes pluviométricos de la zona.

Son precisamente esos cambios climáticos, que han aumentado considerablemente las temperaturas promedio en la región tropical, lo que ha debido motivar un cambio de actitud nuestro en materia de prevención del dengue.

Las condiciones climáticas aconsejan un cambio de actitud, aún en el caso de que se trate de una enfermedad tan endémica como nuestros descuidos.

Vandalismo

En Santiago se ha producido un robo masivo de los medidores de consumo de agua.

Se presume que el móvil de estos robos es vender el metal de estos aparatos a fundiciones.

 La sustracción de contadores de agua obedece a los mismos patrones que han determinado robos de cables eléctricos y telefónicos, partes de estructuras de puentes y otras partes metálicas.

Las autoridades han hecho un buen trabajo para capturar a algunos de los que se dedican a robar cables eléctricos y a quienes los compran.

Esperamos que repitan su efectividad en el caso del robo de contadores de agua.

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