Epilepsia catamenial

Epilepsia catamenial

Como parte de las actividades del Club de la Epilepsia, nos tocó dictar una conferencia ante la membresía de la sociedad que agrupa a neurólogos y neurocirujanos, donde tratamos una forma particular de epilepsia. Recordamos que la epilepsia es una entidad médica donde se produce un “cortocircuito cerebral”, una verdadera alteración eléctrica, y dependiendo del sitio del foco epiléptico, así serán las manifestaciones clínicas de esas convulsiones, donde no necesariamente se pierde siempre el conocimiento. Pero una cosa si es obligatoria, para que se considere el diagnóstico de epilepsia,  esas convulsiones deber ser  repetidas.

En la oportunidad conversamos con los distinguidos colegas de la llamada epilepsia catamenial (derivado su nombre del griego Kata, que significa, mensual), se define como la presencia o el incremento de crisis epilépticas durante o inmediatamente antes de la menstruación. Su incidencia es variable, dado el subregistro de pacientes. Se describen tres patrones: perimenstrual, ovulatoria y lútea, de acuerdo con la etapa del ciclo menstrual en que aparecen.

 Ya los árabes desde los principios de la historia moderna la habían descrito, es Thomas Willis (1621-1675), prominente médico inglés, que describió la circulación cerebral, quien cita a Aretaeus, médico árabe de la época faraónica, de Capadocia y su obra, “La Parte Afectada”, donde él señala: “Sólo se cura por una acción divina, pero hemos visto la estrecha relación con las fases lunares, esos períodos de la mujer guardan relación y aumentan con las fases periódicas y  esta correlación la hace  ser una verdadera enfermedad sagrada”, juicios muy divorciados de los conceptos actuales.

Se la relaciona con las epilepsias reflejas, las que son secundarias a ciertos estímulos. Hay pacientes que ante la luz, principalmente centellante, pueden convulsionar, son las epilepsias ¨fotosensitivas¨, descrita por Chalrton, en 1964. Hay casos de epilepsias por estímulos sonoros, las “auditivas”, descritas por Sir McDonald Critchley, en el 1937. Tuvimos el honor a nuestra llegada al  Instituto de Neurología de Londres de ser su alumno en la última etapa de su fructífera  y dilatada vida profesional, ha sido uno de los más prominentes neurólogos de todos los tiempos. En su retiro, en algunas tardes, luego de tomar el té, conversábamos largas horas en el parque de Queen Square, donde yo en ese entonces con mucha juventud y deseos de aprender, ya fuera de la formalidad hospitalaria, abrevábamos junto a algunos neurólogos jóvenes, de aquel hombre  sencillo y sabio.

Fue uno de los maestros que me ayudó a entender que la medicina es sólo una pequeña parte del conocimiento, y que el sabio ejercicio médico necesita del hombre y la mujer, inteligentes y universales. Guardo con gran cuidado en mi biblioteca una estatuilla que me obsequió, adquirida en uno de sus viajes a Africa.

Las crisis  de estas epilepsias catameniales de las que “conversamos”, suelen aparecer en los días previos a la menstruación y durante la misma, debido a la caída de los niveles hormonales de progesterona. Los estrógenos favorecen la aparición de las crisis y la progesterona tiene un efecto anticonvulsivo. Se considera que son por un efecto proconvulsivante de los estrógenos y la disminución de la protección del efecto anticonvulsivante de la progesterona. Se aducen por igual alteraciones electrolíticas, por la retención de líquido y cambios en la farmacocinética y  farmacodinamia de los anticonvulsivantes. La Dra. Katherine Dalton describió lo que se conoce como “Síndrome Premenstrual”, que es una entidad médica donde la mujer durante ese período padece una serie de síntomas que van desde una menstruación abundante hasta una serie de malestares que le impiden sus actividades normales. En la ocasión planteó el uso adicional de progesterona, pero esto corresponde al campo de la ginecología, donde no osaría opinar. Así que nos quedamos con la parte neurológica y sí recomendamos el uso de antiepilépticos de última generación, tales como el Keppra, y adicionamos un diurético (acetazolamida), para mejorar el equilibrio de  los líquidos, mejorando el funcionamiento neuronal.

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