Epílogo para el Cóndor uno

Epílogo para el Cóndor uno

HAMLET HERMANN
El juez Juan Guzmán, de Santiago de Chile, decidió ordenar unos días atrás la detención domiciliaria del ex dictador Augusto Pinochet. La sentencia lo señalaba como responsable por el secuestro de nueve personas, cuyo paradero se desconoce hasta hoy. Asimismo lo consideraba reo por el homicidio de otro ciudadano chileno. Hoy podemos saber que incontables crímenes tuvieron lugar dentro del marco de la llamada Operación Cóndor, una asociación terrorista que coordinaba los aparatos represivos de las dictaduras militares del Cono Sur durante las décadas de los años 70 y 80. T

reinta años después, la verdad sale a relucir, tal como lo hace el agua subterránea cuando encuentra una grieta por donde fluir. Este histórico juicio apenas comienza en Chile y existen cuatro razones para que Pinochet sea condenado como merece. Primero, porque es evidentemente culpable de lo que se le acusa y de muchos delitos más que todavía están por comprobar. Segundo, porque el 22 de diciembre de 1992 llegaron los fiscales a una remota comisaría en las afueras de Asunción, Paraguay.

La oposición policial paraguaya fue muy violenta porque sabían que allí estaban los rastros de mucha sangre derramada. No obstante, un juez se impuso finalmente y el grupo ingresó a la comisaría de Lambaré. En el fondo del patio encontraron cinco toneladas de documentos. Once mil libras de papeles que avalaban medio siglo de represión paraguaya, la conexión nazi, el tráfico de armas y todos los expedientes de la Operación Cóndor. El general Augusto Pinochet, llamado entres sus secuaces Cóndor Uno, jamás había imaginado la afición del general Alfredo Stroessner por archivar papeles y cómo esto lo perjudicaría.

De la misma manera, los pueblos del Cono Sur americano tienen mucho que agradecer a dos ciudadanos estadounidenses. Tanto Peter Kornbluh como John Dinges deben ser considerados como dos de los principales abanderados de la razón por la que el Cóndor Uno, Augusto Pinochet, esté siendo procesado como mereció haberlo sido desde siempre. De la misma manera tenemos que reconocer la labor que se desarrolla de manera constante y consciente desde los National Security Archives de la Universidad George Washington en la capital de Estados Unidos.

Por su lado, Peter Kornbluh publicó el libro “The Pinochet Files” (Los Archivos de Pinochet; Un Expediente Desclasificado sobre Atrocidad y Responsabilidad) en el que se analiza de manera brillante la masiva brutalidad del dictatorial régimen que abatió a Chile desde 1973. Allí se revela en toda su extensión la complicidad de los gobiernos de Estados Unidos en ese vergonzoso episodio de la historia del continente americano. El dúo criminoso de Richard Nixon y Henry Kissinger aparece a cada momento en cuanto documento refleja la coordinación de esa organización diseñada para eliminar a los defensores de la democracia de todo el continente en nombre de la guerra fría.

Asimismo, John Dinges, publicó el libro “The Condor Years” (Operación Cóndor; Como Pinochet y sus Aliados llevaron el Terrorismo a Tres Continentes). Este es uno de esos libros llamados «definitivos» en el que describe cómo se creó el sistema Cóndor en noviembre de 1975 para segar la vida de miles de jóvenes latinoamericanos. En esta obra narra cómo pudo conformarse la internacionalización del crimen político en el Cono Sur del continente americano. Dinges fue corresponsal de la revista Time, del periódico Washington Post y de ABC Radio. Es un especialista en investigaciones sociales que vivió en Chile entre 1972 y 1978. Fue él uno de los pocos periodistas extranjeros residentes allí en los años más violentos de la dictadura militar chilena. Ya en 1980 había publicado un primer libro, “Asesinato en Washington”, donde se describe con lujo de detalles el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier y de su secretaria Ronnie Moffit. Ahora, Dinges ha acumulado entrevistas y pruebas documentales adicionales, muchas de ellas provenientes de documentos norteamericanos desclasificados por el gobierno de Clinton. En ellos se describen situaciones desconocidas hasta entonces en los que se define el rol a menudo cómplice de Washington con las dictaduras militares sudamericanas

Tanto “The Pinochet File” de Peter Kornbluh como “The Condor Years” de John Dinges tienen que convertirse en lectura obligada de aquellos que quieran darle seguimiento cabal a los juicios que se realizan en Chile, los cuales debían forjar la esperanza de que tanta maldad no debiera volver a ocurrir. Nunca más. 

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