Aunque su hermano lo había advertido, Epimeteo abrió la caja de Pandora, liberó todos los males y la cerró dejando en el fondo la esperanza.

La leyenda continúa vigente en la actitud de hombres que oscilan entre la ingenuidad de Epimeteo (el que no prevé)  y la sagacidad de Prometeo (el que prevé).

En la parte del estercolero político nacional estuvo, y dejó huellas profundas, Santiago Rey Perna, un cubano experto en organizar fraudes electorales, denunciaba Juan Bosch para los comicios de 1966.

Bosch dedicó varios discursos radiales para explicar cuántos y cuán diversos son los modos de tergiversar los resultados electorales. Todo comienza con el uso de fondos públicos a favor de uno o más candidatos.

La compra de cédulas para impedir el sufragio de los vendedores, la compra de votos en las filas de los colegios electorales, el uso de guardias y policías que participan de forma amenazante y parcializada, la suma de resultados electorales en forma tal que arroje cantidades de votos superiores a los emitidos a favor de una candidatura, contar los votos de un candidato o partido a favor del que hace la trampa, la compra de delegados y secretarios y miembros de colegios que representan la oposición, la alteración de los resultados para que figure en las actas mayor número de votos a favor del que paga para que se haga la trampa, la suma de actas sin la firma de delegados de la oposición y, finalmente, la trampa mayor: acta mata votos.

Hay que sumar la actitud complaciente de la Junta Central Electoral que permite la inequidad, el desequilibrio, que el partido que tiene más dinero contrate la mayor cantidad de medios para bloquear el mensaje de la oposición.

La lista no es exhaustiva, hay otros modos de realizar fraudes e infinidad de formas de uso de recursos del Estado. Agregue los que usted sabe.

Lo penoso es que a estas alturas del juego, cuando hay experiencias acumuladas durante varias décadas, luego de que se celebraron decenas de elecciones generales, congresuales y municipales, la oposición acuda a los comicios sin preparación para enfrentar fraudes que se sabe cometerán partidos como el PLD, descompuesto por la borrachera del poder y la corrupción, cegado por el oropel y maleado por el oro acumulado con malas artes.

Santiago Rey Perna, y quien no es él, “votó” en las últimas elecciones porque Bosch explicó los métodos de hacer fraude pero algunos de sus discípulos tomaron la lección para aplicarla en su beneficio.

¿Y los otros? Rabiando porque nuevamente se dejaron coger de pendejos.