El Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, en nombre de todos los arzobispos y obispos, solicitó al Congreso ratificar el Código Penal tal cual fue aprobado por ambas cámaras.
“La legalización del aborto es dictar pena de muerte, a una persona, por demás indefensa, aunque esta provenga de una violación de la que ella no es nada responsable, o bien pudiera tener alguna malformación”, explican los obispos en su carta a los legisladores.
Dicen que apelan a los legisladores que representan al pueblo, “que en su gran mayoría ama la vida y la defiende desde su concepción hasta la muerte natural”, para que ratifiquen el Código Penal sin enmiendas.
“Practicar el aborto cuando la criatura tenga malformaciones sería condenar a muerte a una vida indefensa e inocente. Sería decirle al 7% de la población dominicana con discapacidades que ellos no merecen vivir, cuando ellos tienen tantos dones que aportar al bien de su familia y de su patria.
“Aunque es verdad que la violación produce un trauma en una mujer violada, el aborto le ocasiona otro trauma sicológico perdurable en el tiempo llamado “síndrome del post-aborto. Nunca un crimen se puede reparar con otro crimen como lo es el aborto”, dicen los obispos en su carta a los legisladores.
Dicen que el principio a tener en cuenta es que son dos vidas que están en juego. “El Estado tiene el deber y la obligación de ser inclusivo, y legislar para salvar las dos vidas, no para salvar una y condenar la otra”.
Llamaron a todas las iglesias a unirse en oración para que “El Señor ilumine a nuestros legisladores”.