Si algo justifica que el Gobierno asuma con firmeza la tarea de poner orden en las pensiones, es por el hecho de que mientras ha habido  privilegios irritantes para   funcionarios, por el otro hay abuso e inequidad en perjuicio de humildes trabajadores. Hay muchos ejemplos a la vista de personas de escasos recursos, enfermas o en edad de recibir una pensión, que  pasan muchas calamidades antes de conseguirla, y otras que mueren sin lograrlo.

En el hospital Padre Billini, un número considerable de enfermeras sufren trastornos de salud que las obligan a tomar licencias y otras que están en edad de ser pensionadas, pero tienen que continuar laborando. En adición, el personal de enfermería es insuficiente. Esa situación acarrea el doble perjuicio de que sobrecarga al escaso personal y  afecta   de manera significativa los servicios hospitalarios.

Sería un gran logro si el Gobierno  profundiza lo suficiente para estructurar un sistema de pensiones en el que estén previstos casos como el que tomamos de ejemplo, que por supuesto, no es el único. Ahí está también la situación de los trabajadores de los ingenios del Consejo Estatal del Azúcar, que languidecen en espera de ser pensionados. Hay que complementar el sistema de seguridad social con normas para las pensiones que eliminen los privilegios y la inequidad.

La Ley 241 muere en las calles

La ley de tránsito ha sucumbido en nuestras calles, atropellada cotidianamente por conductores que no sienten el mínimo respeto por las pautas que traza. Esta realidad ha quedado una vez más comprobada a través de la encuesta semanal Pulso Dominicano, realizada por Newlink para Telesistema Dominicano. La mayoría de los encuestados juzga el irrespeto a la ley entre las principales causas del problema.

Un factor que empeora la situación, siempre de acuerdo con el resultado de la encuesta, es que  AMET no sería el instrumento más adecuado para resolver el problema. Este organismo es parte de la dispersión que existe en el país para el manejo del tránsito terrestre. Una de las conclusiones de la encuesta destaca la necesidad de educar a los ciudadanos para que aprendan a respetar la ley. El diagnóstico queda reafirmado en ese sondeo. Ahora falta que alguien aplique la medicina.