Equilibrio

Equilibrio

El encuentro entre el Presidente Leonel Fernández y el ex presidente Hipólito Mejía es un acontecimiento que distiende el ambiente político de este país, que tanto necesita de la sobriedad de sus líderes.

Los asuntos de interés nacional, que atañen a todos, no pueden ser manejados como materia de capital político, como presea en disputa de personas o grupos.

Dialogar y ponerse de acuerdo acerca del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Centroamérica, conocido por sus siglas RD-CAFTA, y en cuanto a la reforma fiscal en ciernes, que es un paso inevitable con o sin tratado, fue lo más saludable que pudieron decidir el Presidente y su antecesor en el cargo.

El encuentro, aunque no es de por sí una atadura, deja en mejores perspectivas las posibilidades de que el Congreso sancione favorablemente, sin sobresaltos, las iniciativas que ya han «consensuado» el Presidente Fernández y el ex presidente Mejía.

Hay que presumir que el mismo encuentro mejora las expectativas en cuanto a la formulación de la reforma fiscal, de manera que sea lo menos lesiva posible para las familias de escasos recursos.

Es saludable que las grandes decisiones de carácter nacional tengan el sello del acuerdo entre las fuerzas políticas que equilibran la democracia, porque de eso se trata, de equilibrios.

Déficit y excedentes

La Secretaría de Educación ha dicho que espera la entrega de RD$70 millones para reparar y asear las escuelas para abrir el próximo año escolar.

La «espera» a que se refiere la secretaria de Educación, Alejandrina Germán, induce a pensar que la reparación y limpieza de las escuelas, su acondicionamiento al término de cada año escolar, es algo fuera de capítulo o de presupuesto, y que depende, en cambio, de la voluntad de una jerarquía. Es decir, hace pensar que no es algo que «se cae de la mata», que es algo alternativo, elegible.

En términos fiscales al Gobierno le ha ido bien este primer semestre del año. Ha logrado superávit en sus recaudaciones, crecimiento de la economía y sobrepasar las metas pautadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las circunstancias, pues, son propicias para otorgar los recursos que necesita Educación para poner en marcha la adecuación de las escuelas públicas.

El caso es que todos los años tenemos la situación de que empieza el año escolar con la reparación de los planteles «a medio talle».

El superávit fiscal debería servir para cubrir estos déficit sociales de esta naturaleza, pues las buenas condiciones físicas de las instalaciones docentes es un insumo importantísimo en la enseñanza, que no debería estar sujeto a estas esperas.

Siendo la educación el principal motor del progreso, hay que garantizar que se hagan las inversiones necesarias para que pueda dar los frutos deseados. Los excedentes fiscales son muy buenos para cubrir estos déficit sociales.

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