¿Qué entenderá por equilibrio, a propósito  de la escogencia de los nuevos miembros de las Altas Cortes, el senador y secretario general del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Reinaldo Pared Pérez? Pregunto porque, como sabe todo el mundo en este país, el criterio  que primó a la hora de seleccionar a sus actuales integrantes no fue, precisamente, el equilibrio que parecía tener en la punta de la lengua el legislador peledeísta cuando fue cuestionado por los periodistas, sino la amistad, los vínculos políticos con el entonces presidente Leonel Fernández Reyna, y la condición de funcionario o de exfuncionario  de sus gobiernos. El resto, lo que sobró, la “rabiza”, como decimos en el Cibao, fue la exigua cuota de poder que “le tocó” en el reparto al ingeniero Miguel Vargas Maldonado en su condición de firmante y compromisario  del Pacto de las Corbatas Azules con el que se reservó un lugar destacado en la Historia  Nacional de la Infamia, siempre y cuando alguien tenga el coraje de escribirla. ¿A esa clase de equilibrio  es que se refiere Pared Pérez,  o en esta ocasión será diferente? “Se atenderá una serie de elementos que serán ponderados como el equilibrio, capacidad, experiencia, integridad y entrega al trabajo”. Por la forma en que lo dijo el  senador del Distrito Nacional, y la cara tan seria que puso, no le  queda a uno mas remedio que  tomarle la palabra. Con la salvedad, preciso es aclararlo, de que  estando de por medio la política, que todo lo relativiza, debemos estar también preparados para que,  al igual como ocurrió en el 2011, los peledeístas nos vuelvan a tomar el pelo conformando unas Altas Cortes a la medida de la necesidad de perpetuar en el poder a su nuevo César.