Equilibrio estatal

Equilibrio estatal

Al presidente Leonel Fernández no pocos le atribuyen orquestar un círculo variopinto con fines de manipular y/o controlar todas las instancias de la vida pública, pero pocos le endosan el rol de propiciar un equilibrio estatal que supere sus administraciones y hasta su propia vida.

Y eso es ahora, que ejerce el poder que cuando no, sabemos la proclividad perversa que incita a muchos ánimos torcidos para desmeritar y colocar en la tablita de picar carne a los caídos.

El introito necesario, para ponderar la creatividad sensata y útil del presidente Leonel en forjar las figuras jurídicas del Tribunal de Garantías Constitucionales, la Policía Técnica Judicial y vigorizar la Contraloría General de la República, ésta, bajo la directriz de un ciudadano y funcionario admirable.

El Tribunal de Garantías Constitucionales habrá de supervisar los dictámenes de la Suprema Corte de Justicia y así eliminar la pretensión de que es infalible en sus fallos, aunque no sean apelables, porque nadie, solo Jehová, es infalible.

Tanto es así que la Procuraduría General de la República ha debido instruir remitirle los procesos de litis que involucran asignación de parcelas y evitar los escándalos que se han producido, sobre todo en el Este, como la queja externada por el doctor Enmanuel Esquea Guerrero, jurista notable y hombre probo, cuando acusa a la SCJ violar su propia ley evacuando una sentencia contra una razón social que fue citada en el vacío en una sentencia del 25-05-11 y omitiendo el artículo 1351 del Código Civil. Asombroso en jueces libres de toda sospecha.

Así la PJT eliminará los procesos de investigación que por tradición ha ejercido la Policía Nacional, con graves y múltiples quejas ciudadanas, un error anular, y la Contraloría a la Cámara de Cuentas para encabestrar inconductas y no pocos cuentos. Y elimina muchísimos esperpentos.

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