Equipamiento y mantenimiento

Equipamiento y mantenimiento

Que estén equipando las unidades de cuidados intensivos de 21 de los hospitales del país es un gran alivio. El director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Nelson Rodríguez Monegro, afirma que se invierten 95 millones de pesos en ese proceso. También aportó el dato de que para finales del presente año estarán terminados 8 de los grandes hospitales intervenidos por el Gobierno para remodelación y reparaciones mayores. Estas informaciones nos dejan ante expectativas de mejoría en los servicios de salud que recibe la población más vulnerable.
Sin embargo, estas buenas noticias no diluyen la mala costumbre del Gobierno, de permitir que se deterioren hasta el colapso los hospitales, para después tener que intervenirlos y sacarlos de servicio. Y no es un problema exclusivo de los centros asistenciales, sino que abarca obras de diversa naturaleza. No hay un programa sostenido de mantenimiento de obras, y en el caso de los hospitales, de reparación, reemplazo o actualización de los equipos más necesarios.
El estilo actual en esa materia no solo infla los costos, sino que conduce a interrupciones innecesarias de servicios de asistencia de muy alta demanda por parte de la población. Aplaudimos la noticia dada por el director del SNS, pero abogamos por cambios en la política de mantenimiento hospitalario.

La PN necesita afinar el cedazo

Son cada vez más frecuentes y abundantes los casos de policías vinculados al crimen organizado. Algo reciente y muy grave es la detección de un grupo dedicado al sicariato del que formarían parte un teniente, un sargento mayor y un raso de esa institución. De la versión policial sobre el descubrimiento se deduce que medió la casualidad, más que un seguimiento o vigilancia de esas personas atendiendo a su perfil y actividades dignas de sospecha.
Si algo tiene que mejorar la Policía es la capacidad para definir los perfiles de las personas que ingresan a esa institución. Pocas veces se informa de separación de policías atendiendo a actitudes sospechosas, como forma de prevenir que puedan estar utilizando su autoridad para servir a la causa del mal. La Policía necesita afinar el cedazo para cuidarse de meter al enemigo en casa.

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