POR RONALD BLUM
NUEVA YORK (AP). – El trofeo de campeones de la Serie Mundial dio vueltas por todas partes, el objeto más preciado de los Medias Rojas tras exorcizar «La Maldición del Bambino»». Con los campamentos de pretemporada abriendo sus puertas la próxima semana desde Vero Beach, en la Florida, hasta en Peoria, en Arizona, 29 equipos apuntan sus baterías para bajar de su pedestal a Boston.
Pero los Medias Rojas parecen no conformarse con su primer título de Serie Mundial desde 1918. «Cualquier otro puedo conformarse con uno. Nosotros tenemos que ganar más de uno»», dice el presidente de los Medias Rojas Larry Lucchino.
Mucho ha pasado desde el último out del último Clásico de otoño, cuando Keith Foulke tiró a primera a Doug Mientkiewicz para poner out a Edgar Rentería. Todavía no se sabe quién es el dueño de esa esférica. Mientkiewicz, que se le guardó, fue hace poco cambiado a los Mets.
La última vez que Boston salió a defender su título, el béisbol vivió el peor escándalo de su historia.
Los Medias Blancas ganaron el banderín de la Liga Americana y los Medias Rojas quedaron sextos. Chicago terminó perdiendo 5-3 ante Cincinnati en la Serie Mundial. Poco después trascendió que ocho Medias Blancas aceptaron ser sobornados por apostadores para amañar el resultado.
EL BEISBOL TIENE OTRO DRAMA ESTOS DIAS
Barry Bonds, Jason Giambi y Gary Sheffield comienzan la pretemporada bajo la lupa, con fiscales todavía investigando denuncias de suministro ilegal de esteroides.
Peloteros y dueños acordaron una nueva política contra el consumo de sus sustancias prohibidas, haciendo más frecuentes los controles e imponiendo sanciones más severas. Pero tal acuerdo aún no ha sido promulgado.
El comisionado de las Grandes Ligas Bud Selig acaba de decir que se ha hecho todo lo posible para preservar la imagen del deporte: sanciones inmediatas, controles sorpresa e identificar los nombres de los jugadores con casos positivos.
Ese acuerdo no es la única novedad esta primavera, ya que hace su aparición otro equipo.
Tras varios años de frustrados intentos por cambiar de ciudad, los Expos de Montreal finalmente encontraron una nueva casa. Luego de 36 temporadas en Quebec como Les Expos, el equipo fue rebautizado en diciembre como los Nacionales de Washington. Será la primera novena en la capital desde que los Senadores se mudaron a Texas en 1971 y pasaron a ser conocidos como los Rangers.
Adquiridos por los otros 29 equipos tras la campaña del 2002, la franquicia sigue bajo la tutela de la oficina del comisionado y no se anticipa que su venta se concluya antes del primer día de la temporada. Esto significó que el gerente general Jim Bowden, que sustituyó a Omar Minaya, no tuvo mucho dinero para realizar fichajes.
Otros equipos si dispusieron de dinero a raudales para contratar a agentes libres durante el receso, con el dominicano Minaya marcando la pauta al llevarse a las dos más cotizados.
El otro equipo de Nueva York ahora habla con acento latino, con la llegada del lanzador dominicano Pedro Martínez, ex de Boston, al aceptar un contrato de cuatro años y 53 millones de dólares). Después fue el turno del jardinero puertorriqueño Carlos Beltrán, que firmó por siete años y 119 millones, dejando a los Astros.
Beltrán pronosticó una nueva era para los Mets, un equipo venido a menos desde que disputó la Serie Mundial del 2000.
«Les digo los nuevos Mets porque esta organización anda por otra vía, la correcta. Este equipo quiere ganar»», afirmó Beltrán, quizás uno de los jugadores más completos en las mayores.
En el otro extremo de la ciudad, los Yanquis no salían del estupor de octubre pasado, cuando no sólo perdieron ante Boston, sus archirrivales, por el título de la Americana, sino que se convirtieron en el primer equipo en la historia que vio escapársele una ventaja 3-0 en una serie al mejor de siete para terminar perdiendo.
Los Yanquis decidieron remozar su rotación de abridores y fichó a los agentes libres Carl Pavano y Jaret Wright. Pero la gran figura es el zurdo Randy Johnson, a quien obtuvo en canje con los Diamondbacks, cediendo al puertorriqueño Javier Vázquez, varios prospectos y 10 millones.
Boston añadió a David Wells y Matt Clement para reemplazar a Martínez y Derek Lowe, que firmó con los Dodgers. También se hicieron de los servicios del torpedero colombiano Rentería, ex de San Luis.
Aparte de Lowe, los Dodgers ficharon a J.D. Drew y enviaron a Shawn Green a Arizona, donde se intenta repuntar tras una campaña de 111 derrotas. Con nuevos directivos, los Diamondbacks se gastaron 45 millones por el tercera base Troy Glaus y 33 por el lanzador Russ Ortiz.
Seattle, que perdió 99 juegos, obtuvo al inicialista Richie Sexson de los Diamondbacks por 50 millones y el antesalista Adrián Beltré de los Dodgers por 64 millones.
Anaheim también hizo cambios al estrenar nombre. Su propietario Arte Moreno les puso los Angelinos de Los Angeles y Anaheim. Tampoco se quedaron quietos en el frente de refuerzos, al conseguir al torpedero colombiano Orlando Cabrera y el jardinero Steve Finley.
Florida, que tras ganar la Serie Mundial del 2003 quedó fuera de los playoffs, logró fichar al inicialista puertorriqueño Carlos Delgado y al lanzador Al Leiter.
Sammy Sosa es otra luminaria que cambia de toldas, al aceptar un canje que lo envió de los Cachorros a Baltimore. La partida del dominicano era algo esperado debido al deterioro de su imagen en Chicago, siendo su temprana escapada el último de la temporada pasada la gota que derramó el vaso.
Inclusive con Sosa a bordo, cuesta mucho pensar que los Orioles podrán desplazar a Nueva York y Boston.
Bonds, tras obtener su séptimo Jugador Más Valioso y alcanzar los 703 jonrones, se perderá buena parte de la pretemporada tras operarse la rodilla el mes pasado. Pero los Gigantes confían tenerlo de vuelta para el primer día de la campaña, cuando emprenderá su desafío para desplazar a Babe Ruth (714) y Hank Aaron (755).