Equivocaciones

Equivocaciones

[b]Señor director:[/b]

Debido a las evoluciones y cambios que circunstancialmente registran las personas y las instituciones, son muchos los que se equivocan y siguen registrando en sus memorias las conductas y el comportamiento de sus semejantes de la manera anterior sin advertir los cambios que en estos se sucedieron.

Ese es justamente el caso del Partido Revolucionario Dominicano respecto a su adversario político, el Partido de la Liberación Dominicana.

Tenemos la creencia, incluso, de que una de las razones por las cuales el presidente Hipólito Mejía y el grupo que lo acompaña decidieron optar por la reelección fue su confusión con el PLD.

Esa fue su primera equivocación; inducidos por las características originales del partido morado los gobiernistas pensaron que por adversos que les sean los tiempos jamás podría imponérsele aun gigante como lo era el PRD, una organización de cuadros que para ganar el poder en el 1996 tuvo que aliarse a otro gigante como lo era el Partido Reformista Social Cristiano. «Si ellos por si solos son pequeños y evitamos que se alíen a los reformistas, no hay manera posible de que puedan ganarnos unas elecciones». Razonaban.

Craso error. No se dieron cuenta que nuestro mentor y guía, el profesor Juan Bosch, si de algo se jactaba era de decir que el PLD era una organización de oficiales, de hombres y mujeres capaces de dirigir a su pueblo y de hacer en cada momento lo que en cada momento era preciso hacer.

Y eso hicimos. Compelidos por los cambios y transformaciones que se originaban en el mundo y con él nuestra sociedad, tan pronto salimos del gobierno en el 2000, nos dedicamos a hacer de nuestra organización un formidable instrumento de lucha política que fuera al mismo tiempo una plataforma electoral que nos permitiera ascender al poder por si sola con lo cual podíamos competir de tu a tu con cualquiera de las organizaciones de nuestro sistema democrático.

Pero ellos no se dieron cuenta y es por ello que su discurso respecto al PLD seguía siendo el mismo. Decían que éramos un partido de cuadros, que no teníamos fuerza y que nuestro desarrollo era tan solo aparente y por lo mismo insostenible y que todo cambiaria a su favor cuando el PRD sacara sus caballos a las calles.

Pasado el tiempo y habiéndose dado cuenta de que el PLD seguía imbatible y que en cambio su organización no termina de recomponerse, al ver que el pueblo tenía razón cuando al comparar el presente gobierno no el anterior decía «con Leonel estábamos mejor», al darse cuenta que la comunidad internacional no estaba con ellos sino con el contendor llegando incluso el expresidente peledeísta en un hecho sin precedente a recibir en la sede de las Naciones Unidas el galardón «International Council For Caring Communities» como jefe de Estado visionario por fomentar la transformación tecnológica en nuestro país lo cual por si solo nos permite darnos cuenta de las características formidables del gobierno morado.

No se trata de un culto a la personalidad que Leonel Fernández sería el primero en rechazar, es la realidad, es que estamos en presencia de una organización 7 que se ha convertido en una fuerza política sólida tanto para el presente como para el futuro.

Advertido de esta realidad, el Partido Revolucionario Dominicano se da cuenta de que además de ridículo sería propio de loco tratar de presentar ante el país a un PLD reducido e insignificante cuando todos los estudios rigorosos o simples, establecen que la mayoría de los ciudadanos a quien prefieren como sus líderes y gobernantes son precisamente a los peledeístas.

Son estas las razones y no otras las que le cambian el discurso a los perredeístas y funcionarios gubernamentales y le aplican entonces matices de miedo y temor.

«Los peledeístas tienen una red de cómputos que viola la ley». Dicen.

Se alarman y piden que la Junta Central Electoral intervenga y prohíba nuestro sistema de cómputos.

Cuando los observadores electorales internacionales coinciden con las sugerencias nuestras protestan y se les acusan de intromisión en los asuntos internos del país y cuando los organismos internacionales especializados expresan su alarma y preocupación por el peligroso curso de nuestro economía en los últimos tres años, los gobernantes dicen que no es verdad y que todo está siendo manipulado. Todos les han dado la espalda, definitivamente el PRD ya no es el mismo y es por ello que tratan de dar inicio a la más profunda y peligrosa de sus equivocaciones.

Los perredeístas, dado que se han quedado solos, sin ese pueblo que siempre retuvieron y los acompañó, tratan ahora de amedrentar y asustar a los peledeístas para que estos abandonen las calles y los diferentes escenarios públicos lo cual va precedido por una campaña de que somos unos cobardes y señoritos cuyo principal vocero lo es nada más y nada menos que el presidente de la República.

Se equivocaron más que nunca porque si en este país existen políticos profesionales que sabían perfectamente lo que buscan y como conseguirlo, son precisamente los peledeístas.

Si hay personas concientes de que el pueblo hace ya un tiempo nos eligió como los depositarios de sus deseos y sus ansias, somos nosotros.

Si en nuestra nación hay dirigentes que conocen por el tránsito histórico por el que pasa nuestra nación en esta circunstancias y que por lo mismo no ignoran su responsabilidad presente y futura, somos los discípulos del inmaculado Juan Bosch.

Siempre hemos dichos que preferimos una campaña electoral respetuosa en donde brillen los valores pero si los actuales gobernantes se equivocan y escogen otro escenario, que sepan que nos encontraran de frente no importa cuales sean las circunstancias ni sus resultados.

Por su bien, el PRD no debe equivocarse más con el PLD.

Deberían tener bien claro que en un sistema democrático unas elecciones la pierden cualquiera pero que si se equivocan de mala manera su fracaso entonces ira más allá de la derrota electoral..

Atentamente,

Laureano Guerrero

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