WASHINGTON.  AP.  Desde hace algunas décadas, ha habido un Clinton compitiendo por la Casa Blanca o viviendo en ella, pero eso parece acercarse a su fin, al menos por unos años.

Podría decirse que Bill nació para buscar la presidencia. Esa búsqueda se volvió el destino de Hillary también.

Una cuarta parte de los estadounidenses nunca ha sabido de la vida sin un Clinton tratando de llegar a la Presidencia o estando en ella. Millones han crecido desde que tenían pañales hasta obtener diplomas universitarios en la era de los Clinton.

Cuando Hillary Rodham Clinton finalmente deje la carrera por la candidatura presidencial demócrata este año, se retirará temporalmente de una carrera por el poder, de varias décadas de duración, de una pareja con una energía política singular, ideas inteligentes, errores políticos colosales y una ambición desenfrenada.

«Cada día es una aventura», dijo Bill alegremente cuando comenzó todo. Y cuánta razón tuvo.

Por ahora, los Clinton han mostrado una perseverancia casi mística. La noción de que la aventura haya acabado está casi más allá de la comprensión.

«Nunca desisto», dice Hillary Clinton. «Nunca me rindo». Incluso en la derrota, ella hizo historia como la primera mujer avalada por un partido importante en la carrera por la nominación presidencial.