Ernesto Sábato, prominente escritor e intelectual argentino, una de las mentes más lúcidas del siglo XX e inicios del actual, durante su vida fue un gran apasionado al fútbol. En su monumental y aclamada novela “Sobre héroes y tumbas”, dedica un espacio antológico al sentimiento y arraigo de los hinchas del popular deporte, en una primera etapa anterior a la implantación del profesionalismo en el 1931, cuando “no había medalla solo hambre de gloria.”
A través de un corto relato titulado “Fútbol del grande”, incluido en su obra cumbre de 471 páginas, el autor narra sobre una charla de café en un momento histórico de esa actividad y del tradicional conjunto Boca Juniors. Se refiere a un personaje llamado D´Arcángelo, apodado Tito, un aguerrido fanático que tenía al fútbol como su tema cotidiano y gran pasión. En compañía de Chinchín, explica su visión sobre el juego a su joven amigo Martín de 17 años, enamorado de Alejandra, cuyo destino está signado por la tragedia.
Uno de los puntos clave de lo afirmado por Tito lo encontramos en el siguiente párrafo: “Y al final, se diga lo que se diga, lo que se persigue en el fóbal es el escore. Y le advierto que yo soy de lo que piensan que un juego espectacular e algo que enllena el corazón y que la hinchada agradece, qué joder. Pero el mundo e así y a la final todo es cuestión de gole.”
Este libro de ficción tiene su origen en un hecho real, como se puede apreciar en el siguiente fragmento de una crónica policial publicada el 28 de junio de 1955. Las primeras investigaciones revelaron que el antiguo Mirador que servía de dormitorio a Alejandra fue cerrado con llave desde dentro por la propia Alejandra. Luego mató a su padre de cuatro balazos con una pistola calibre 32. Finalmente, echó nafta y prendió fuego.
En una reseña crítica Angel Silverio Cabral afirma que es una novela total de uno de los grandes escritores del siglo XX. En ella su protagonista Martín vaga y deambula por las calles en busca de sí mismo y de la esencia de la vida, que él creerá hallar en Alejandra, pero de la que también forman parte Bruno, su confesor, y ese elenco de personajes que deambulan a su alrededor como D´Arcángelo, logrando una cacofonía lingüística con un estilo poético y rasguño surrealista..
El genial argentino nació en Rojas, Buenos Aires en 1911 y murió en Santos Lagares, Argentina en 2011, 55 días antes de cumplir una centuria. Su vida fue muy intensa y prolífica con importantes aportes en los más diversos aspectos, como la literatura, la ciencia, la política, el deporte, la pintura y la academia.
En 1937 obtuvo el doctorado en Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad de La Plata, donde fue catedrático y luego trabajó en el Laboratorio Curie en Francia sobre radiaciones atómicas. Entre sus obras narrativas notables se destacan las novelas El Túnel, Sobre Héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, así como sus ensayos. Uno de sus trabajos más interesantes es sobre el humanista dominicano Pedro Henríquez Ureña, de quien fue uno de sus discípulos más aventajado.
En 1984 Sábato obtuvo el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras españolas, además de otros premios de prestigio como el Gabriela Mistral, el Internacional Menéndez y Pelayo. En 1974 por su novela Abaddon el exterminador obtuvo en Francia el Premio al Mejor Libro Extranjero, y en 1992, expuso en el Centro Cultural de Madrid, 36 de sus cuadros.
Significativo fueron sus aportes en cuanto a su pensamiento cívico y revolucionario de avanzada; presidió la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas en defensa de los derechos contra la dictadura y el autoritarismo.
De todos sus amores, sin duda, el que manifestaba por el fútbol, fue el más apasionado y leal; en una de sus últimas apariciones públicas en el 2004, fue homenajeado por los jugadores del club Rosario Central, donde vivió uno de los momentos más felices, cuando le obsequiaron una camiseta con el número 10 y un cuadro del líder revolucionario Ernesto “Che” Guevara.