Eros lleva una cesta de pan del mercado El Porvenir a un de los clientes en un barrio de Medellín, Colombia, el martes, 7 de julio del 2020. El labrador de ocho años recuerda los nombres de los clientes que previamente le han recompensado. "Nos ayuda con lo del distanciamiento social”, dice la dueña de María Natividad Botero. “Y a la gente le gusta mucho cuando le mandamos el perro”. (AP Foto/Luis Benavides)
MEDELLÍN — Eros, de 8 años, trota por las calles de Medellín varias veces al día con una cesta de paja en su hocico, llevando verduras, frutas y comida empacada a los clientes del mercado El Porvenir. El perro labrador color chocolate es recompensado con meriendas y masajes en su peluda cabeza.
“Nos ayuda con lo del distanciamiento social”, dice su dueña, María Natividad Botero. “Y a la gente le gusta mucho cuando le mandamos el perro”.
Eros no fue siempre la estrella que es ahora. Botero aceptó a regañadientes que el can se quedara en la familia tras la insistencia de su hijo para adoptar un perro.
Pero Botero y el resto de la familia muy pronto se enamoraron del cachorro. Y cuando abrieron el mercado hace cuatro años en el barrio de Tulipanes, Eros comenzó a acompañar a Botero y sus hijos a hacer entregas de abastecimientos.
Eros no conoce las direcciones, pero recuerda los nombres de los clientes que previamente lo han recompensado. Y con paciencia, ha aprendido a ir a las casas por su cuenta.