Puerto Príncipe (EFE).- El Gobierno de Haití expresó ayer su confianza en que las estructuras de seguridad, recientemente renovadas con la celebración de elecciones, podrán contener la nueva ola de violencia que atraviesa el empobrecido país caribeño.

El portavoz del gobierno Joseph Jasmin indicó hoy a periodistas que “la llegada de un nuevo secretario de Estado, añadido a la nueva directiva de la Policía, tiene el potencial para combatir los actos delictivos”.

Después de unos meses de relativa calma con la celebración de elecciones el pasado febrero y la llegada al poder del presidente René Préval en mayo, la violencia, los asesinatos y los secuestros vuelven a ser el pan de cada día en las calles de Haití.

Durante el mes corriente, situaciones de violencia se produjeron particularmente en Gonaives (norte) y Puerto Príncipe dejando un balance de más de 20 muertos y cuatro heridos de bala, tres de ellos, cascos azules de Brasil.

Jasmin, también ministro de Relaciones entre el Gobierno y el Parlamento, sostuvo que los actos de violencia que sacuden la capital y algunas ciudades de provincias son de carácter más social que político.

“Este fenómeno está más bien vinculado a la delincuencia común”, declaró para hacer después un llamado a la colaboración de todas las organizaciones y ciudadanos para “erradicar esta plaga”.

Por su parte, el presidente del Senado, Joseph Lambert, destacó en una entrevista radial que la situación volátil en algunos barrios de la capital y de otras ciudades está relacionada con “el desempleo crónico y problemas políticos relacionados con el retorno o no (del ex presidente Jean-Bertrand Aristide)”.

Aristide, exiliado en Suráfrica, abandonó precipitadamente el país en febrero de 2004 y desde entonces y hasta la celebración de las pasadas elecciones el país estuvo gobernado por una administración provisional auspiciada por EEUU.

El pasado 15 de julio, una manifestación de miles de personas, convocada por antiguos jefes de secciones de base del partido Fanmi Lavalas, fundado por Aristide, se celebró en Puerto Príncipe para reclamar la vuelta del ex Presidente y la reincorporación de los empleados despedidos en la Administración pública.

En Petit-Goave (sur), un movimiento de agitación política sacudió la ciudad el 12 de julio por los mismos motivos.

Lambert insistió en que el germen de la violencia es sobretodo social y aseguró que “si damos algo a estas personas (pro Aristide), van a olvidar el pasado”.

Reiteró el pedido de una ayuda masiva a la comunidad internacional para facilitar los planes gubernamentales para resolver los problemas sociales y económicos del país.

Una cumbre con representantes de países y organizaciones proveedoras de fondos para el desarrollo está prevista para celebrarse el próximo 25 de julio en Puerto Príncipe para decidir sobre la cooperación con Haití.