¿Error?

¿Error?

A mi vecino, el señor Adam su factura energética suministrada por la Empresa Distribuidora de Electricidad del Este, S. A. (Edeeste) le llegó por el valor de RD$80 mil.

Su yerna, que vive a pocos metros, la recibió de RD$11 mil.

Y este miércoles, la mía me llegó de RD$109,557.00.

Sin embargo, cuando uno observa la factura enviada y lo que dice el medidor, sencillamente la diferencia es abismal.

El asunto es que la compañía no se toma esto de manera tan sencilla. Hay todo un protocolo preocupante que se debe meticulosamente agotar.

El cliente-en este caso yo mismo-debe hacer una reclamación, le entregan una orden y, luego, un técnico pasará a comprar y verificar la situación.

Hay casos en que afirman se debe pagar, primero, la totalidad antes de proceder a los chequeos. Lo cierto es que una situación como ésta le genera a cualquiera un estado de intranquilidad no muy bueno.

¿Cómo es que el sistema de una compañía responsable de un servicio tan vital, comete un error de esta naturaleza?

No tienen siquiera una forma de detectar esto para rápidamente corregir y pedir las debidas excusas a los clientes. Conociendo uno cómo es que se bate el cobre en un país como el nuestro, la preocupación asalta con un ingrediente como éste. Tanto yo como los demás residentes afectados por esta situación, ya hemos conversado y hemos decidido no complacer los caprichos de este emporio. Yo, ni he consumido todo lo que se dice en esa factura, ni pagaré toda esa suma de dinero. Así que, si Dios no mete su mano, ya me veo en casa viviendo al estilo de los cavernícolas. Sencillamente compraré mi jumiadora y unas cuantas velitas.  De esta forma me pasaré las noches y los días.

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