Un aislamiento parcial afecta la laboriosa comarca de Constanza a consecuencias de los continuos derrumbes en la loma de Casabito. Esto merece que los responsables dedicarán más tiempo de investigación y no pensar que con muchos equipos pesados de movimiento de tierra se va a solucionar el problema.
EI inusual régimen de lluvias que afecta esa parte de la Cordillera Central, ha provocado un aumento de caudal del agua de escorrentía que va a parar a ríos y arroyos, que como el Jatubey se mantienen con agua permanente, cosa que antes no ocurría e inclusive de su lecho se extraían miles de metros cúbicos de material para relleno y afecta el embalse de la presa de Rincón.
La carretera a Constanza fue una obra artesanal de ingeniería muy desafiante, cuando se construyó en la década del 50 del siglo pasado, para permitir el desarrollo de los valles de Tireo y Constanza, con una exclusiva agricultura que hoy abastece de legumbres y hortalizas de los tipos más variados las mesas de los hogares y hoteles dominicanos.
La importancia estratégica de la carretera a Constanza es notable, junto al descuido de las autoridades de rehabilitar la carretera de Jarabacoa a El Río, impidiendo que se considere como alternativa de acceso al valle de Constanza. De ahí la atención a la carretera de grandes pendientes que atraviesa la Cordillera Central por la loma de Casabito.
Los gobiernos han puesto empeño en mantener en condiciones la vía, pero se ha prestado para el despilfarro de sumas millonarias, favoreciendo a contratistas favoritos de los políticos oficialistas, que recibiendo millones de pesos no se ha visto el mejoramiento de la vía.
Al estar en el país los contratistas brasileños en la presa de Pinalito y favoritos del gobierno, que con más equipos, recursos y respaldado por Brasil, que ha prestado mucho dinero al gobierno para diversas obras, se decidió aprovecharlos para reparar la carretera.
La ignorancia y el desconocimiento de la geología de la zona, y sin tomar en cuenta que antes no ocurrían derrumbes como los de ahora, evidencia un deseo enorme de abultar los costos de reparación, aparte por lo que se ve y se conoce de la inestabilidad para ocasionar severos derrumbes imparables, que prácticamente dejarán inhabilitada la vía, al menos que se enmienden los criterios que se asumieron para evitar mayores derrumbes y estabilizar los taludes.
En lugar de continuar realizando cortes con terraplenes, lo correcto sería rehabilitar la vieja vía desde Jarabacoa en lo que se estudian otras opciones. No se puede descartar una mejoría de la carretera desde Bonao-Blanco-Pinalito-Tireo que serviría de emergencia para evitar contratiempos para el turismo y la rica agricultura del valle.
Con lo que se está gastando en contener los indetenibles derrumbes de Casabito también hubiese sido posible emprender la rehabilitación de la carretera de Constanza a San José de Ocoa. Pero es más gratificante enfrentar a la naturaleza con los derrumbes de Casabito en lugar de buscar soluciones permanentes y menos costosas. Se ha preferido tratar de ocultar el error humano causante de la desestabilización permanente de los suelos de la loma de Casabito.