Errores repetidos   Miguel Vargas  determinaron triunfo de Mejía

Errores repetidos   Miguel Vargas  determinaron triunfo de Mejía

     Es obvio que sin el pacto firmado en   2009 entre el presidente Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado, el agrónomo Hipólito Mejía  no hubiese revivido su carrera política y sus posibilidades de llegar de nuevo a la presidencia de la República, tras ganar la convención perredeísta que acaba de celebrarse,  en la que obtuvo cómoda ventaja de 53.3% a 46.7%.

        No cabe la menor duda de que Vargas Maldonado demostró abrumadora incapacidad política al firmar el  pacto con el presidente Fernández, y lo más grave de todo es que ese acuerdo no le reportó el más insignificante beneficio al actual presidente del PRD.

        Hasta donde se sabe, nadie nunca ha pactado algo que no le represente alguna ganancia, tuvo que aparecer Vargas Maldonado para romper esa regla elemental en todo convenio político, civil  o comercial.

        Esto así porque la reforma constitucional consensuada entre el presidente perredeísta y el presidente de la República hace dos años, no le representaba ningún beneficio al PRD ni a su dirigente máximo, lo que en el lenguaje popular se conoce “como un negocio de capar perros”.

Fórmula de dedo.          No conforme con haber cometido ese mayúsculo desatino, Vargas Maldonado volvió a repetir su errático comportamiento al utilizar la fórmula del dedo para favorecer la escogencia de la mayoría de los candidatos a cargos legislativos y municipales para las elecciones de  2010.         La no celebración de ese tipo de convenciones internas, siempre ha sido una regla de oro dentro del PRD, y su violación  innecesaria o torpe, necesariamente trae consigo disgustos que termina pagando bien caro aquel que la comete. (Continuará)

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La derrota

Esos dos errores gravísimos son los principales causantes de la derrota que acaba de recibir Vargas Maldonado, motivo por el cual le resulta difícil de asimilar debido a su exceso de hegemonismo en la conducción del partido con más largo historial de ejercicio democrático en nuestro país.        

Incurrir en dos gravísimos errores sucesivos como esos, acompañados de otros no menos dañinos, trae como consecuencia resultados desastrosos, de los cuales difícilmente pueda recuperarse su autor.       

Lo peor del caso es que Vargas Maldonado no estaba preparado para la derrota que acaba de sufrir, motivo por el cual ha empezado a desandar el camino transitado por Majluta entre 1986 y 1989.

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