Es bateador más temible de GL
y desplazará a Babe Ruth y Hank Aaron

Es bateador más temible de GL <BR>y desplazará a Babe Ruth y Hank Aaron

POR JOHN DONOVAN
A Barry Bonds le tomaron 12 años y dos meses y medio para conectar sus primeros 400 jonrones de una carrera estelar. Los siguientes 300 le tomarán unos dos alrededor de seis años y los logrará en cualquiera de estos días.

De ahí en adelante, uno tiene que pensar, que las siguientes cinco docenas de jonrones para superar a Henry Aaron son cuestión de tiempo.

“Todo el mundo tiene su tiempo y era”, dijo un tranquilo Bonds después de dos cuadrangulares más el pasado domingo contra los Bravos. “En todos los deportes”.

Este es el tiempo de Bonds y el juego de Bonds. Con sus dos vuelacercas del domingo, el jardinero izquierdo de los Gigantes ahora está a cuatro swings buenos para llegar a 700, algo que solo Babe Ruth y Aaron han hecho.

Y Bonds está pegando jonrones como nadie antes que él: a un ritmo sorprendente a pesar de ver menos lanzamientos que la mayoría de los toleteros.

Bonds solo, él, ha recibido más transferencias intencionales (94) que cualquier otro equipo y romperá su propia marca de transferencias en una temporada antes que finalice esta campaña (él ya tiene el récord de más pasaportes de por vida).

Quizás lo más sorprendente de todo es que las transferencias no han afectado su concentración o su swing. En esa rara ocasión en que ve un lanzamiento que batear, lo golpea. Duro, también. Y lejos.

El abridor de los Bravos Russ Ortiz se dio cuenta de eso con dos lanzamientos mal ejecutados el domingo, uno fue un cambio, el otro una recta, ambos en la zona. Bonds los destrozó.

“No creo”, dijo el dirigente de los Gigantes, Felipe Alou, con una sonrisa, “que trataran de dominarlo”.

No, pero los Bravos estaban dispuestos  – o al menos en los primeros tres juegos de la serie – a lanzarle a Bonds. Jaret Wright lo hizo en el primer juego de la serie el viernes, permitiendo un jonrón de tres vueltas. El sábado fue contenido a un sencillo y el domingo tronó con dos jonrones y dos sencillos junto a seis remolcadas.

Con Hammerin’ Hank observando en el Turner Field, los palos de Bonds recorrieron 467 y 462 pies, el segundo y tercero más largo de la historia del parque.

Los Bravos después se mostraron deprimidos por dejar que Bonds los venciera.

“Dimos transferencia a los tipos equivocados”, dijo Chipper Jones – pero Bonds entendió el por qué le lanzaron.

“Ellos están ganando su división”, dijo Bonds de los Bravos. “No hay necesidad… no la hay”.

Aunque muchos equipos seguirán lanzándole mal, es casi inimaginable que tendrá menos oportunidades de batear la próxima temporada. Eso significa, que por el ritmo que lleva, eclipsará la marca de Ruth de 714 a finales de este año o principios del 2005.

Y entonces Bonds perseguirá los 755 de Aaron, un récord que parecía fuera de alcance cuando Bonds pegó su vuelacerca 400 a finales de agosto de 1998.

Seguro, mucho puede suceder en un par de años. Sesenta cuadrangulares siguen siendo muchos jonrones. Recibirá una tonelada de transferencias en el proceso.

Y recuerden algo más, Bonds cumple 41 años la próxima temporada.

Pero Bonds pasó de 500 a 600 jonrones más rápido que cualquiera en la historia (lo hizo en 710 turnos al bate, 411 menos que Ruth). Pasará de 600 a 700 más rápido que cualquiera. (Este año tiene 38 en 304 turnos).

¿Y después de 700? Bueno, probablemente solo un hombre sabe lo que sucederá después de 700.

Este es el tiempo de Bonds. El está tomando todas las decisiones.

El debate verdadero sobre el MVP de la Liga Nacional no ha terminado, sino sobre cuál de las temporadas de Barry Bonds debe ser considerada la mejor. Está el 2001, cuando pegó sus 73 jonrones.

Está el 2002, cuando bateó para .370 y ganó su primer título de bateo. Y ahora está el 2004, cuando se prepara para quebrar su récord de porcentaje de embasarse.

El asistente del gerente general de los Gigantes, Ned Colletti se niega a escoger su temporada favorita, diciendo “Hablamos sobre los cuatro años más grandes en la historia”.

Eso incluye el 2003, cuando Bonds perdió 31 juegos, pero ganó su sexto JMV. Y Colletti está en lo cierto, cada una de esas campañas superan a la otra.

Su legado podría mancharse por su conexión con el escándalo BALCO y la sospecha de que usó esteroides. Pero siempre será recordado por sus impresionantes logros.

Los 700 jonrones están al doblar de la esquina y los 755 en la mira.

VERSIÓN DIONISIO SOLDEVILA BREA

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