ES EL MOMENTO DE PROMOVER LA CULTURA

ES EL MOMENTO DE PROMOVER  LA CULTURA

En estos días hemos escuchado y leído, como nunca, declaraciones acerca de la cultura, que provienen de las fuentes más diversas, pero convergiendo todas en el mismo pronunciamiento.

Basta citar algunas para comprobar el consenso que reina al respecto, entre actores, gestores y comunicadores culturales: “La cultura nos salva de esta locura”. “La cultura puede ayudarnos a vivir mejor esta prueba colectiva”.
“El mundo de la cultura viene a nosotros”. “Más aprecia la gente nuestros contenidos a distancia, más tendrá las ganas de tener la experiencia en vivo, una vez terminado el confinamiento”.
Y hace unos minutos, nos decía una amiga: “Es el momento ideal para promover la cultura, cuando la familia está unida, en casa”. Optimista, ella albergaba más que una esperanza, la convicción de que “después” le pondríamos más caso a la creación y los creadores, ¡ellos que tanto aliviaron el tedio del confinamiento generalizado, impuesto y consentido!
Fuentes de entretenimiento generosas, en el mundo, entregan así, graciosamente, sus actividades y a menudo su pasión a un público ilimitado y anónimo. Ello aparenta paradójico, siendo la cultura –salvo categorías muy populares y limitadas– la cenicienta de las preocupaciones mayoritarias y aun de la información, a escala nacional, regional y planetaria.
En un período con carácter de excepción, todavía misterioso en su desenlace, y aun su agente de transmisión y agresión, en este período tan dramático, nos percatamos de que el arte y la cultura son patrimonio de la humanidad.
Las pantallas de teléfonos y computadoras se han convertido en el vehículo de la cultura y su misión de servicio público en un momento, desgraciadamente histórico, de gran intensidad emocional y de tremenda angustia vital.
Una misión compartida. Es fundamental –y contamos con su aportación permanente– el servicio de informaciones constantes acerca de los nuevos enfermos, atentas al mínimo detalle, prestando la mayor atención a cualquier mínima innovación, esperando que la situación se estabilice, lamentando las pérdidas imparables, implorando una participación masiva de quienes pueden ayudar en el contexto sanitario.
Son infinitos los temas que conciernen nuestra solidaridad y responsabilidad. Pensamos en el heroísmo del cuerpo médico y paramédico.
Ciertamente, es de lejos la parte imprescindible y participación esencial, pero no creemos que basta. Los quehaceres cotidianos y domésticos siguen vigentes, las precariedades socioeconómicas y las inquietudes espirituales más apremiantes que nunca.
Ahora bien, las instituciones culturales son siempre testimonios de una preocupación constructiva y de una concepción compleja de la labor artística. Es, en el contexto de nuestras casas como único medio de salvación segura, cuando programaciones especiales se están ofreciendo. Aliviar el tedio de la reclusión forzosa constituye una misión urgente de las instituciones de arte y cultura, e internacionalmente lo están cumpliendo magníficamente.
Los museos en particular, con una concepción ampliada de su labor de difusión y educación, están proponiendo visitas virtuales de sus exposiciones, comentarios de la colección permanente, hasta talleres digitales para los niños y cursos de arte para los estudiosos. Aunque cerradas por un tiempo todavía indefinido, las instituciones museográficas ponen a disposición obras, conferencias, clases de apreciación, y sus seguidores son incontables…
Asimismo, los monumentos y sitios históricos, de arquitectura secular o moderna, organizan visitas y circuitos desde la pantalla, y cada iniciativa tiene características propias de revelación. En cuanto a las salas de conciertos y de teatro, han bajado el telón, pero los videos obsequian parte de sus repertorios de música, de danza, de clásicos y modernos.
La lectura no se ha olvidado. Cientos de libros se han puesto en línea –la compra de tabletas se duplicó–, y las bibliotecas nacionales despliegan una programación extraordinaria, ofertando sus fondos, recibiendo la visita de miles de lectores e investigadores distantes…
¡Imposible es referirse a todo lo que se está disponiendo para acercar los públicos cautivos al consumo cultural y aliviar su pesadumbre!
Ofertas dominicanas. Las instituciones culturales del país están cerradas, habiendo cesado físicamente actividades desde la segunda semana de marzo en el sector público y privado en Santo Domingo y todo el territorio nacional.
Ahora bien, contribución primordial y permanente, la creación artística en la República Dominicana no puede detenerse, trátese de artes visuales, musicales, escénicas o literarias. ¡Hay valiosas programaciones y producciones en nuestras artes!
Gracias a los medios numéricos y la decisión de utilizarlos, creemos que las actuales circunstancias aumentarían luego la cantidad de interesados, susceptibles de asistir a las actividades… Como gratitud, ¡hasta como concientización y descubrimiento!
En el sector privado, instituciones y artistas ya se hacen copartícipes de la vida de los dominicanos recluidos, estímulo y consciencia solidaria, dando una contribución acorde con medios y especialidades respectivos. Y sin embargo, es un sector particularmente golpeado: hace tiempo que existe una crisis de recursos, ventas y/o patrocinios, hoy peor que nunca.
Unos ejemplos –no nos llegan todos–, sin que diseñemos una jerarquía, son la Fundación Taller Silvano Lora, el Museo Fernando Peña Defilló o la Galería Lucy García en artes visuales, mientras el Centro León continúa trabajando a distancia, manteniendo el proceso organizativo del próximo concurso de arte y dando el 13 de abril la lista de los seleccionados. Caribbean Cinemas brinda una selección de películas dominicanas, Opera Lovers Dominicana retransmitirá óperas gratuitamente. El movimiento continúa…
Los artistas visuales participan personalmente. Juan Trinidad planea presentar una muestra virtual, varios son los fotógrafos que ofrecen nuevas y excelentes imágenes, exposiciones individuales y colectivas preparan su transmisión…
Concluiremos, citando el aporte y las palabras iniciales de Eliu Almonte, creador visual contemporáneo:
“En esta oportunidad, la creatividad debe tener un incentivo de transgresión para sobrepasar las normas artísticas.
Debemos manifestarnos a través de acciones virtuales que conmuevan las neuronas, adaptar los cuerpos y los cerebros a las circunstancias actuales”.

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