TOKIO (Beisboljapones.com).- Hace una semana que el nuevo manager de los Dragones de Chunichi, Morimichi Takagi, envió a los dominicanos Tony Blanco y Víctor Israel Díaz al equipo menor con la excusa de que ambos necesitan trabajar en sus mecánicas de bateo, lo que dejó al relevista Jorge Sosa, que apenas ve acción, como el único latino en el roster activo del club.     

Durante el mandato del manager anterior, Hiromitsu Ochiai, Chunichi fue por varios años el equipo que más presencia latina tenía en toda la liga con hasta cinco peloteros de la región en su nómina, pero como ya lo habíamos pronosticado en una columna anterior este protagonismo latino correría peligro con su partida y, lamentablemente, así ha sido.     

Takagi declaró a los medios locales que no estaba contento con la forma en que Blanco le estaba haciendo swing a los lanzamientos últimamente y que se veía nervioso sobre el plato, por lo que consideró que era mejor mandarlo al segundo equipo.     

Díaz, cuyo promedio ofensivo es de .143, puede que requiera trabajar más en su bateo, pero cuando se toma en cuenta que apenas ha visto 7 turnos en toda la temporada, todos ellos como emergente, la medida parece demasiado apresurada.     

No obstante, en el caso de Blanco, la medida es simplemente incoherente. Es cierto que su promedio es de .182, pero cuando se considera que en los 12 juegos en los que vio acción empujó 4 carreras y conectó un jonrón, en la mayoría de los casos como emergente, no puede decirse que esté haciendo un mal trabajo.     

Takagi explicó que se estaba ponchando mucho, pero para el momento en que fue enviado al segundo equipo su número de ponches era muy similar al de la mayoría de los titulares del equipo. Incluso, dos de ellos casi lo duplicaban en ese departamento, por lo que la excusa no tiene validez.     

En realidad, el problema parece reducirse a lo que ha sido hasta ahora una clara política del club desde la llegada de Takagi: darles más oportunidades de jugar y ser protagonistas a los jugadores japoneses, especialmente a los veteranos, con el objetivo de complacer a los fanáticos y enaltecer la gloria del equipo.     

A pesar de Ochiai fue durante 8 años el manager más exitoso de la historia del club, con 4 títulos de liga, uno de la Serie de Japón y 5 participaciones en la serie final, la gerencia decidió no renovarle el contrato porque éste no le daba prioridad a las estrellas japonesas sobre el terreno, no contrataba a las viejas figuras del conjunto para que trabajaran como coaches y le prestaba muy poca atención a los fanáticos.     

Esta actitud benefició a los latinos del club porque Ochiai, cuya filosofía de juego se reducía simplemente a ganar, era el tipo de estratega al que no le importaba utilizar a los jugadores extranjeros si éstos le estaban haciendo el trabajo y así fue la mayoría de las veces.     

Cuando terminada la campaña 2008 el club debatía la renovación del contrato del norteamericano Tyrone Woods, uno de los importados más exitosos en la historia del equipo, a Ochiai no le tembló el pulso para dejarlo ir y darle la oportunidad a Blanco, que era un virtual desconocido y no tenía experiencia en la NPB.

El dominicano respondió ganando los títulos de jonrones y carreras empujadas en su primera temporada en la Liga Central.     

La misma confianza le fue otorgada a su compatriota Máximo Nelson, a pesar de haber sido suspendido por 3 meses a principios de 2010 por el bochornoso incidente de haber traído, sin saberlo, una bala en su equipaje de mano cuando se estaba reportando a los entrenamientos primaverales. En lugar de despedirlo del equipo, Ochiai le dio la oportunidad de lanzar y éste respondió con su mejor año como profesional en 2011, cuando dejó récord de 10-14, con 149 ponches y una efectividad de 2.54.     

En mayo del año pasado, a pesar de que el dominicano Joel Guzmán estaba bateando .135, Ochiai lo mantuvo en la alineación titular porque consideró que era la mejor opción en ese momento y si bien los números de éste no mejoraron al finalizar la temporada el equipo repitió como campeón de liga.     

Pero con la llegada de Takagi, que fue contratado específicamente para revertir esta tendencia, el panorama cambió por completo. Viejas estrellas del equipo como Kenshin Kawakami, que fue traído de vuelta desde las Grandes Ligas, y Takeshi Yamasaki, que fue dejado en libertad por Rakuten, están de regreso para convertirse otra vez en protagonistas y todo el cuerpo técnico del equipo está conformado por ex jugadores del club, muchos de los cuales son amigos cercanos del manager.     

La prensa local ha criticado la decisión de Takagi de darle la titularidad de la primera base a Yamasaki, que tiene 43 años, en lugar de Blanco, que tiene 30, sobre todo cuando se tiene en cuenta que en su anterior período como manager del club nunca le dio la oportunidad de jugar por considerarlo demasiado joven.  

   Habrá que esperar para ver qué decide hacer con los lanzadores Máximo Nelson y Enyelbert Soto, que están recuperándose de diferentes lesiones y no han podido ver acción hasta ahora. Ambos deberían estar listos para lanzar otra vez a mediados de mayo y tomando en cuenta el gran trabajo que realizaron el año pasado el equipo debería estar ansioso por utilizarlos.     

No obstante, la nueva política que reina en la organización puede que limite sus oportunidades de juego o fuerce su regreso al segundo equipo si ambos no arrojan resultados inmediatamente y como el equipo ha estado ganando con las piezas que tiene en este momento no existe razón alguna para cambiar dicha política.     

Hasta que llegue el momento del regreso de Nelson y Soto y sin saber cuándo volverán Blanco y Díaz al primer equipo, Chunichi seguirá jugando sin latinos, salvo en la rara ocasión en la que el relevista Jorge Sosa sea llamado para lanzar una entrada.     

Un cambio del cielo a la tierra comparado con el pasado mes de octubre, cuando cuatro latinos participaron en la celebración del segundo título de liga consecutivo del equipo.