Las autoridades monetarias hacen bien manteniéndose “ojo pelao” y como “guinea tuerta” como dice el pueblo, para no permitir aumentos injustificados en la tasa de cambio y en los intereses bancarios, porque ambos son precios macro-económicos determinantes para ahorrar, invertir y para el crecimiento del PIB.
Por eso se exige, a los que las leyes dan libertad para cobrar margen, identificar y respetar un límite definido como justo. Lo dicho viene a cuento por lo que sucede con los intereses, se parece a la historia recién pasada de la tasa de cambio, en nombre del libre mercado, lo que no existe en la práctica diaria, aumentó más de 80 puntos entre enero y febrero. Se comprobó que la liquidez en pesos, en su mayor parte, procedía de los depósitos remunerados de corto plazo de los bancos comerciales en el Banco Central, que se habían reducido en 42%, el monto de RD$10,623 millones.
La incertidumbre y la oscilación cambiaria se eliminaban reduciendo la liquidez en pesos, por eso se inyectó al mercado cambiario US$200 millones y se aumentaron los intereses a través del encaje legal, a los bancos comerciales se exigió 17 pesos en lugar de 15 por cada 100 de depósitos. Como resultado el viernes pasado el dólar se cotizó en 44.74 pesos, es decir, 44 puntos menos que el pico de 45.18 pesos de febrero.
El problema ahora es que los bancos comerciales aumentaron los intereses más de la cuenta, dicen que para cubrir el costo adicional necesitan más de dos puntos porcentuales. El Banco Central, apoyado en modelos con fundamento micro y series estadísticas, sostiene que el aumento no debe superar la mitad de un punto porcentual. Comparto el criterio del Banco Central, los intermediarios se exceden y por mucho, lo demuestro con simples cálculos.
El pasivo de los bancos sujeto a encaje legal es RD$710,000 millones y se proyecta congelar 2%, el monto de RD$14,200 millones. A la tasa (pasiva) promedio de interés de 5.63% implica un costo de RD$800 millones, equivalente a 0.11% de un punto porcentual. Es decir, para financiar el costo adicional los bancos comerciales deben aumentar los intereses alrededor de ese porcentaje.
Es cierto, los bancos comerciales cuando otorgan préstamos afrontan riesgos de liquidez y de tipo de cambio; sin embargo, en este momento no superan lo considerado como normal, de modo que tampoco se justifica, desde ese punto de vista, el excesivo aumento de interés. Como está claro que se equivocaron por amplio margen, lo razonable y justo es que corrijan el error, no deberían esperar que las autoridades monetarias les requieran reducir los intereses basado en el informe de la comisión técnica que analizará ingresos y costos.
Pero además hay que ser coherente, si los intereses son determinados libremente por las fuerzas del mercado, como alegan algunos y lo establece el artículo 39 de la ley orgánica del Banco Central, deberían bajar en lugar de aumentar, porque la demanda de préstamos privados en pesos y en dólares se redujo en RD$21,858 millones de diciembre 2014 al 6 de marzo 2015. Acepto, se trata de pura teoría, otra es la práctica, los bancos comerciales deciden lo que cobran. Pero es oportuno recordarlo.