¿Por qué es falso que estar indocumentado sea un “crimen”, como dice la Casa Blanca?

¿Por qué es falso que estar indocumentado sea un “crimen”, como dice la Casa Blanca?

USA252. MIAMI (FL, EEUU), 28/01/2025.- Fotografía cedida por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) de Nueva York donde aparecen varios agentes federales de diversas dependencias durante una redada contra indocumentados. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) de Estados Unidos centrará los esfuerzos de sus redadas en tres ciudades cada semana, con un objetivo de al menos 1.200 inmigrantes detenidos cada día, según informó la cadena NBC News. EFE/HSI Nueva York /SOLO USO EDITORIAL /NO VENTAS /SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA /CRÉDITO OBLIGATORIO

El Gobierno del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, indicó esta semana que considera a todos los migrantes indocumentados como “criminales”, un cambio de tono en la política estadounidense que allana el camino hacia su plan de deportaciones masivas de los más de 11 millones de personas que viven en el país sin un estatus legal.

Durante una rueda de prensa esta semana, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, indició que “todas” las más de 3.500 personas arrestadas esta semana en operativos del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) tienen un “récord criminal” porque están en el país de manera irregular.

“Es un gran cambio cultural en nuestro país ver a alguien que rompe con las leyes migratorias como criminal, pero eso es exactamente lo que son”, agregó Leavitt.

Infracción civil versus delito penal

Bajo la ley estadounidense, vivir en el país sin autorización o estatus legal no es una falta criminal sino civil. Por lo tanto, es falso que las personas indocumentadas tengan de por sí un “récord criminal” como lo aseguró la portavoz. Cruzar la frontera sin inspección -codificado como ‘ingreso indebido’- o intentar entrar a EE.UU. después de haber sido deportado o expulsado sí está tipificado en la legislación penal- el primero, como un delito menor y el segundo como un delito grave.

En los últimos 10 años, el Gobierno de EE.UU. ha judicializado más agresivamente los casos contra las personas que infringen estas leyes, lo que ha traído consecuencias negativas para los migrantes o solicitantes de asilo, incluyendo la separación de familias, según indica un informe de la organización American Immigration Council.

En una de las decenas de órdenes ejecutivas que firmó al asumir su cargo, Trump instruyó al Departamento de Justicia a “priorizar» la judicialización de las personas por “entrada indebida” y por “presencia sin autorización continuada».

Opacidad sobre detenciones de ICE

Trump prometió durante la campaña electoral llevar a cabo la mayor deportación de migrantes de la historia de Estados Unidos y aseguró que la prioridad serían aquellos que hubieran cometido delitos en Estados Unidos. En su primera semana en el poder, el Gobierno de Trump ha divulgado el número diario de detenciones de migrantes realizadas por ICE en todo el país, al igual que ha destacado los perfiles de algunos de estas personas.

En redes sociales y comunicados web, el ICE y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha resaltado el nombre de 25 detenidos por las autoridades migratorias. De estas, solo 2 son de países fuera de Latinoamérica. Salvo estas cifras y casos concretos, el Gobierno ha mantenido opacidad respecto a los perfiles de las personas detenidas, su nacionalidad o si tenían algún tipo de récord criminal.

Según datos filtrados a la cadena NBC News, solo el 52 % de las 1.179 personas arrestadas el domingo -la jornada con mayor arrestos desde que Trump llegó al poder- eran detenciones “criminales». El resto de detenidos eran personas con ofensas “no violentas” o sin récord criminal alguno, salvo la infracción civil de haber cruzado de manera irregular la frontera sur.

Múltiples estudios, incluyendo una investigación de la Universidad de Standford que analiza datos desde la década de los 60, han encontrado que los migrantes tienen menos probabilidades de cometer crímenes o ser condenados por un crimen que las personas nacidas en EE.UU.

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