¿Es la República Dominicana el único país en el mundo que ha borrado una obra de Carlos Cruz – Diez?

¿Es la República Dominicana el único país en el mundo que ha borrado una obra de Carlos Cruz – Diez?

SSSSSSSSSí. Pena y Verguenza en el tropico de cancer.

Observemos ahora cómo en el mundo respetan la obra de Carlos Cruz-Diez, a saber:» Yo me fui de Venezuela porque eso era una situación humillante, allí no había lugar para la cultura ni el arte. El objetivo de un militar es destruir o demoler al enemigo. Al contrario, el arte es generoso, un artista sirve para enriquecer el espíritu de sus semejantes «.
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«A mis 94 años, les digo con sinceridad que les ha tocado vivir una época extraordinaria porque todo está obsoleto y hay que inventarlo de nuevo, Carlos Cruz-Diez.

1 / La inevitable historia del OP ART: sus cruces futuristas, constuctivista y cubistas.

Supongamos que existe una maravillosa estética del movimiento, la geometría, fascinada con sus códigos de rayas y espacios en la universalidad de su reclamo. A ello se une el carácter de movilidad de la obra.

Entonces estamos hablando de Arte Cinético, cuyo primo el Op Art tiene unos cruces con otros ismos no menos interesantes.

Sin embargo, veremos que, en 1909, el 12 de febrero Tomasso Marinetti, desde Milan, lanza su manifiesto estético que proclamaba la necesidad de una nueva estética, que rompiera todos los moldes establecidos para el arte.

Dos periódicos europeos, se harán eco de lo que acontece, con estos gestos de vanguardia: Gazzeta dellEmilia_ de Bolonia y Le Figaro de Francia, aquel movimiento futurista, que luego sería una vanguardia estética del fascismo de Benito Mussolini, por su visión de las figuras y esculturas en movimiento, sería un antecedente de los cinéticos.

Cuando estalla la primera guerra mundial, los apasionados futuristas se lanzan a la misma, los estragos posteriores han sido recogidos como » furor » de violencia y cambio del futurismo. Muchos dejaron sus cuerpos en los campos de guerra, así se consigna.

Vale decir, que estas horas si miras a Italia desde el aire te darás cuenta, que diseminados por el país está la arquitectura y las esculturas del movimiento, plasmados en esa arquitectura de fuerza, huella indeleble del fascismo italiano.

Concadenados, el Optical Art (primo no muy lejano del Pop Art y el plot Art), estos hicieron, hasta donde se sabe un manifiesto llamado Yellow, en 1955 y recibirían luego su nombre en inglés abreviado como Óp. Art.

No es nada nuevo decir, que el final de la segunda mundial, muchas cosas surgieron de la nueva esperanza.

Albert Camus y Jean Paul Sartre y además el Op Art.

Todo lo que fuera, obra concebida en el movimiento o la sensación de visualidad, que además se estructura con movimiento físico espacial en términos compositivo, es arte óptico, cuyas sensaciones visuales deleitan con el peso cromático en nuestras pupilas.

Es un asalto a nuestras emociones retinales, delirios de miradas que no creen lo que ven.
En 1964 la revista Times, bautiza este arte como optical y entonces nombres importantes comienzan a emerger:

Yacow Aman. Carlos Cruz-Diez. Victor Vasarelly. Pontun Hulten, estos dos últimos son los que hacen el Manifesto amarillo ( Yellow Manifesto ). Vera Molnar. Francois Morellet. Jesus Rafael Soto. Julio Le Parc. Horacio García.

Rossi. Gregorio Vardanega. Joel Stein y Nicolas Schoffen..
Las teorías del movimiento, sin convertirse en dogma, los guían.

Se aclara más el asunto si recordamos que:
no se podría confundir nunca Constructivismo · y Futurismo, los cinetistas se perciben así mismos como sensoriales, para los otros movimientos arriba nombrados, bastaría la imaginación.

De este modo, el movimiento propio del espectador ante la obra, cuenta, al margen del movimiento de la obra misma.

No quiero terminar, sin nombrar a Walter Gropius, aquel de la famosa Bauhaus, cuyo retrato por décadas estuvo en el estudio de René Alfonso en la calle Espaillat, se sospechaba que era su abuelo alemán, fundador de esa corriente constructivista con vínculos con el Óp. Art (¡¡¡Que tiempos Miriam Ríos, que tiempos!!! )…

Estamos ante un arte, que más que un efecto pasajero, tiene sus fundamentos esenciales en concepciones teóricas
brillantes, ejecutadas por artistas de gran solvencia creadora.

Materia. Luz. Espacios. Movimiento Real. Movimiento virtual. Tridimensión. Bidimensional. Capacidad que puede tener la obra, para transformarse. Juego de percepciones y aplicaciones cromáticas para crear un universo, todos estos criterios fueron aplicados por Carlos Cruz-Diez, a la obra de los silos de los Molinos Dominicanos, que el pueblo bautizo como monumento Canquiña y así se quedó en su imaginario, ante el vacío de la violación de la obra.

Todo lo que se haya leído hasta ahora, es la historia teórica, de por qué Carlos Cruz-Diez hizo lo que hizo en Santo Domingo, a la vera del río Ozama.

2/ otras grandes obras de Carlos Cruz – Diez, en el mundo. Que nadie ha pintado ni violado como en República Dominicana …

El salvajismo, la crueldad y la maldita incultura, son atributos que juntos de la mano, construyen verdugos implacables y poderosos.

La imbecilidad ante los ciegos, tiene el poder que los ciegos le otorgan: está bueno ya de pasar vergüenza mundial, culpa de un Estado que se compromete y luego no cumple, ministros de cultura van y vienen, ninguno de esos, fueron capaces de más o menos investigar el tema.

Para el Estado, la cultura no puede seguir, como en los ingenios: Tiempo muerto de zafra azucarera…

El gobierno del presidente Abinader, tiene ahora la oportunidad de oro, representado en su ministra de Cultura, de cuya sensibilidad ante causas como estas, ni sus detractores clandestinos, pueden dudar… Que muestren al menos la cara, sin máscaras de carnaval de la envidia… Decía y vuelvo a decir que este gobierno, tiene una oportunidad de oro, la tiene… ¿Sabrá aprovecharla?…

He ahí un justo sendero de gloria, que nos quite la maldita vergüenza de ser los únicos, nosotros dominicanos, que hayamos violado un monumento cinético que embellecía la margen oriental de la ciudad de Santo Domingo y el centro visual rectilíneo de la Calle el Conde: ¿efecto óptico sin par no lo recuerdan capitaleños?…

No importa que no hayamos sido nosotros, todos y todas, quienes hayamos violado la obra, algo peor: otros que vinieron y la encontraron, lo hicieron. ¿No te jode?…

Crear museos nuevos, es importante son aportes y quedan para siempre, pero rescatar obras que han sido mutiladas, también es un merecido acto de Justicia, con letras grandes.

Aprendamos de estos lugares, que aún conservan la obra del maestro, aprendamos, solo así este país subirá la cerviz, ante la indignidad del estupro contra el Monumento Canquiña..(CFE)

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