MADRID,  (EFE).- Cerca de sesenta Organizaciones No Gubernamentales (ONG) coincidieron hoy en Madrid en que es el momento de actuar contra la desertización del planeta, de modo que los acuerdos que se trasladen a las Naciones Unidas no queden en papel mojado.

Las organizaciones Asamblea de Cooperación por la Paz, Ecologistas en Acción, la Fundación IPADE y WWF/Adena celebraron hoy una reunión con otras ONG para acordar las propuestas que trasladarán a la octava Conferencia de la ONU contra la Desertización, que comenzará en Madrid el próximo lunes.

Para estudiar este problema de forma conjunta, las organizaciones ecologistas se han agrupado en cinco regiones- Mediterránea, África Subsahariana, América Latina, Asia y el resto de Europa.

Aunque estas zonas tienen problemáticas diferentes, coinciden en que las decisiones de Naciones Unidas no pueden quedarse en meras intenciones aunque no sean vinculantes para los gobiernos, subrayaron los distintos portavoces de las ONG en una mesa redonda.

Por esta razón, demandaron que las administraciones internacionales, estatales y regionales se impliquen en la solución de este problema que afecta ya a un tercio de la geografía total del planeta.

Para los ecologistas, éste es el momento de “cuantificar mediante indicadores” el avance de esta amenaza, de modo que sea posible “medir, de una forma objetiva, si las acciones que se llevan a cabo son las que deben ser o si no vamos por el buen camino».

Consideran que, en el marco internacional de la ONU, es necesario hablar de “luchar contra la pobreza” porque Latinoamérica, que cuenta con el 23 por ciento de la superficie forestal del planeta, tiene una pérdida anual de 4,7 millones de hectáreas y, en el caso de África, se pierden 4 millones cada año.

Para las organizaciones medioambientales, es importante introducir en el debate “la desertización como arma de guerra”, ante las “políticas de control del agua” y la destrucción de sistemas de abastecimiento de este recurso.

Los ecologistas consideran que todas sus propuestas pasan por mejorar las condiciones sociales, culturales y económicas de los países, especialmente de los que están en vías de desarrollo.

La desertización, a su juicio, está directamente relacionada con la actividad humana y se produce porque los ecosistemas de las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas son extremadamente vulnerables a un uso inapropiado de los recursos.

Como causas desencadenantes de esta situación, se refirieron a la sobreexplotación de los recursos hídricos, la agricultura intensiva, el sobrepastoreo, la construcción de infraestructuras, la expansión urbanística, los incendios forestales, el cambio climático y la sequía.

Las ONG proponen mejorar el conocimiento técnico y científico sobre la desertización, así como promover una gestión sostenible de los recursos hídricos, mejorando la eficiencia y el ahorro.

Abogan además por promover una ordenación territorial que sea racional y compatible con los recursos disponibles en cada lugar, y por cambiar el modelo energético, al tiempo que se restauren los hábitat forestales ya degradados. EFE