A continuación quiero iniciar presentándoles estas pequeñas oraciones que mi amigo Moisés Reyes (Monchy) me compartió. Lo hago con su autoridad, y con mucho respeto y humildad: “Buenos días Samuel, ya creo que es muy tarde para dar reversa, pues todos esos políticos corruptos que han gobernado nuestro país desde el 1950 hasta hoy nos tienen jodío a todos. Ya vendieron nuestro territoro. En mi paìs (USA) hay una campaña de que la delincuencia es muy grande y el dominicano empieza a emigrar a otros países. El extranjero entra y compra su propiedad en la RD y nos están sacando poco a poco“.
Mi amigo Monchy lleva muchas décadas en los Estados Unidos. Cuando él habla su acento es como un híbrido que recoge el acento del Cibao (Santiago) y el acento anglosajón. Son más de 40 años en dicho país, y es sorprendente que hasta el día de hoy sigue las noticias de la República Dominicana, espera que pase un milagro social, y anhela que nuestro país sufra una metamorfosis positiva. Con mucho cuidado y cortesía quiero responderle a mi amigo. No sin antes decirles que mi amigo Monchy es el mejor tamborero que yo he visto, fue elegido para tocar la tambora en el desfile de los dominicanos en Nueva York; ahí estaba el presidente Luis Abinader y Nancy Patricia Pelosi, quien fue presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, ambos
firmaron la tambora que Monchy tocó.
Bueno, esta es mi respuesta para Monchy:
Lo primero es que deseo entenderte. Cuando leo la nota que me enviaste por WhatsApp, noto a un dominicano preocupado. Más que un enunciado “axiomático”, es un grito de esperanza. No interpreto tu nota como una sentencia, lo que sí creo es que tu sentir es una expresión de impotencia y de descontento. Lo segundo es que al mismo tiempo y sin saberlo formula un desafío en forma de utopía social que sirve de meta y de motivación para todos aquellos que deseamos y creemos que los cambios son posibles y son necesarios. Nosotros entendemos que los cambios de los procesos sociales no son tan simples, son complejos y desafiantes, pero cuando lo alcanzamos nos sentimos muy agradecidos de pertenecer a un sector que le creyó a Dios y a la lógica del desarrollo social.
Lo tercero es que la historia nos narra que muchos pueblos y Estados salieron del fango de la pobreza. Te puedo citar a Singapur, Alemania. En México la calidad de vida ha mejorado en los últimos 15 años; México dejó de depender de la materia prima y la mayor parte de su PBI proviene del sector servicios. En El Salvador la inseguridad ciudadana y la anarquía ha sido cambiada por un ambiente de paz y orden. Y lo cuarto es que los cambios son el producto de una certeza de lo que esperamos, el dominicano ha estado acumulando un nivel de conciencia que se está convirtiendo en la levadura que aumentará el nivel de la potestad ciudadana.
Mi amigo de infancia, puedo seguir nombrando ejemplos y expresando posiciones cargadas de motivaciones. Ahora lo más importante es que tú y yo, y otros dominicanos entendamos que Dios desea ver a los pueblos con dignidad. Dios no opera solo en los templos, El está interesado en el bienestar de las naciones. Nos toca a nosotros cambiar nuestro pequeño entorno. Debemos lanzar los temores y abrazar los paradigmas que generan una calidad de vida mucho mejor. Podemos transformar a nuestra República, dejando los temores.
Para terminar, quiero contextualizar una frase de William Faulkner: “Dominicano, nunca temas alzar la voz por la honestidad, la verdad y la compasión contra la injusticia, la mentira y la codicia. Si un puñado de dominicano hiciera esto, cambiaríamos la calidad de vida y la seguridad ciudadana“. Mi amigo Moisés Reyes (Monchy), ¿Es muy tarde para dar reversa? ¡No! ¡Jamás! Estamos en el tiempo indicado.