Es pobre el ahorro nacional

Es pobre el ahorro nacional

Si se comparan los ingresos recibidos en los últimos 20 años por República Dominicana con respecto a los fondos en préstamos que ha recibido mediante el flujo de su balanza financiera desde y hacia la economía, el país es un exportador neto de capitales y eso no es bueno.

Pero si se establece que en los 30 años comprendidos entre 1970 y el 2000, el país tuvo un promedio de inversión extranjera de alrededor del 22.3% con un crecimiento promedio de 5.7% anual, correspondiendo a tasas de ahorros del 15.3%, «en promedio la República Dominicana ha sido un importador neto de capitales del exterior», lo cual sí es bueno para toda economía de un país pobre.

Este concepto de país pobre importador de capitales, versus la figura demoníaca de una débil nación que sólo recibe limitados flujos de financiamientos debe ser dejada atrás y retomarse el robusto camino de la estabilidad que atrae la inversión extranjera.

Según lo expone el profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Kent, A. P. Thirlwall, «el crecimiento de la producción de cualquier economía depende de la acumulación de capital, y la acumulación de capital requiere a su vez inversión y ahorro equivalentes a esa inversión».

En una conferencia sobre «Movilización de Ahorros para el Creciente Desarrollo en Países Desarrollados», el profesor de la Universidad de Kent, en Canterbury, Inglaterra, destaca la necesidad que se estimule la inversión en los países en vías de desarrollo como República Dominicana, así como el nivel de ahorro para facilitar dicha inversión.

Para el profesor Thirlwall hay tres tipos básicos y determinantes del ahorro privado doméstico, cuestión clave en el desarrollo de los países. Estos son, el ahorro vluntario, el ahorro involuntario y el ahorro forzozo.

Define el ahorro voluntario como el «vinculado a la voluntaria abstinencia sobre el consumo por individuos privados más allá de los ingresos disponibles y de compañías sin beneficios».

Mientras el ahorro involuntario es el obtenido por «involuntarias reducciones al consumo», el ahorro compulsivo se constituye en aquellas formas de impuestos y de esquemas aplicados para los gobiernos obtener préstamos forzados, incluyendo contribuciones del seguro nacional, las cuales «son formas de ahorro involuntario».

«El ahorro forzozo -subraya el economista inglés-, es aquel que se obtiene como resultado de aumentos de precios y de la reducción en el consumo real que implica la inflación si los consumidores no pueden defenderse».

[b]Requerimientos de ahorros[/b]

Para el autor, es necesario que el ahorro privado fluya a los mercados de capitales, especialmente a la banca, pero para ello es preciso que las autoridades desistan de los sistemas de represión financiera.

Argumenta que sólo mediante el ahorro privado pueden los países lograr altas tasas de crecimiento, lo cual se traduce en estabilidad y prosperidad económica para los países.

«El récord de la inversión en la República Dominicana ha sido razonablemente bueno en los últimos 30 años, lo cual ha producido un promedio de 5% anual», sostiene el autor.

Sin embargo, el registro de los ahorros en la República Dominicana no han sido tan buenos, en tanto que para cualquier país en vías de desarrollo no es sensato ser un exportador de capitales.

Agrega que los datos registran que las tasas de ahorro del país están por debajo de lo que podría predecirse en la base de su corriente modo de vida. Por lo tanto, la tasa de ahorro continuará creciendo con los ingresos per cápita, «aunque de manera muy lenta».

Señala que de hecho, las altas tasas de interés están llamadas a tener un efecto limitado, pero en cualquier caso desalientan la inversión. Advierte que el deseo de ahorrar depende potencialmente de las tasas de interés, del nivel de apertura financiera y de la tasa de inflación.

Resalta que se ha demostrado que el ahorro involuntario en gran medida depende principalmente de los esfurzos impositivos de los gobiernos, pero los esfuerzos de este tipo en la República Dominicana son relativamente pobres en comparación a los estándares internacionales.

Precisa que el crecimiento que obtuvo la producción en el país entre los años 1970 y el 2000 fueron el resultado de las importaciones de capitales que de otra manera se hubiesen basado solamente en el ahorro doméstico.

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