Es por efecto Chávez que Shell se va del país

Es por efecto Chávez que Shell se va del país

POR ARTURO MARTÍNEZ M.
Shell anunció su intención de dejar el país y lo hizo con frases corporativas que traducidas al  «español» significan, por un lado, que recibirá oferta para ver quién paga más por el 50% de las acciones que tiene en Refidomsa, por las 137 estaciones de servicio de combustibles que posee en todo el país, por el servicio de combustibles a los aeropuertos de Santo Domingo,  Puerto Plata y la Romana, por el negocio de lubricantes y por el transporte interno de combustibles. También que decide irse porque entiende en otro sitio sus inversiones pueden lograr mayores beneficios para sus accionistas.

Es importante que el gobierno sepa la verdad, si es por los motivos de Verizon, por el efecto Chávez ó por una combinación. En cuanto a lo primero, es probable que haya realizado proyecciones de ingresos netos para los próximos cinco años, lo que es normal en cualquier corporación, y que al igual que Verizon, para el mediano plazo haya visto incertidumbre en la economía dominicana, con un Banco Central con deuda que supera los RD$160 mil millones de pesos, que aumenta toda la semana porque recoge los pesos de los intereses que paga por los certificados de inversión, sin que se vislumbre luz al final del túnel. En las proyecciones corporativas se acostumbran manejar dos posibilidades, que el tipo cambio continúe controlado por las autoridades monetarias, que promedie entre 40 y 50 pesos por dólar en los próximos cinco años ó cualquier otro nivel superior, porque al final depende del supuesto que se haga en cuanto al nivel de confianza de las inversiones en la entidad bancaria.

Por otro lado, que el tipo cambio busque su valor de paridad, porque el gobierno y el Banco Central se pusieron de acuerdo para que el primero le envíe mensualmente al segundo determinada cantidad de pesos para pagar los intereses de los certificados. El tipo de cambio también estaría por encima de RD$50. A lo anterior se suma la evaluación realista de que, y hasta ahora, el país ha podido enfrentar la crisis de precio del petróleo y sus derivados, renegociando endeudamientos públicos y porque Chávez ha financiado una buena parte del petróleo que se consume todos los días. Sin embargo, el panorama del 2007 pinta diferente, el servicio de la deuda públlica externa será de US$940 millones y no habrá renegociación, un aumento de US$250 millones con relación al pago de 2005, y el precio internacional de crudos y productos sigue en aumento. Es decir, y sin importar los supuestos en cuanto a la deuda del Banco Central, el tipo de cambio es la principal amenaza para los ingresos netos de Shell en los próximos años.

Se suma que los precios de los servicios que ofrece (márgenes de Refidomsa, en las estaciones de combustibles, de los servicios en los aeropuertos y la tarifa de transporte terrestre) estarán limitados, necesariamente no se moverán con el tipo de cambio y con la inflación, son precios controlados por el gobierno, precios politicos. De modo que ambos, el tipo de cambio y el precio de los servicios, tienden a reducir el valor para los accionistas del portafolio completo, lo que en buen dominicano significa que el tiempo estaría en contra de su valor y no a su favor, por lo que es mejor vender ahora que esperar a ver lo que sucederá. Es la justificación de Shell, con palabras elegantes lo dijo su representante en el país, que la corporación maneja su portafolio enfocando sus actividades donde entiende puede lograr mejores resultados.

Sin embargo, entiendo que si bien son razones serias, no fueron las que tomó en cuenta para la decisión de marcharse, en el pasado lejano y no muy lejano en el país se presentaron situaciones de incertidumbre cambiaria y de precio de los servicios que ofrece y nunca dijo que se iba. Es más, y para sólo citar una corporación, Esso Standard Oil oferta los mismos servicios, con portafolio parecido, y hasta ahora no ha dicho que se va del país. Entiendo que es el efecto Chávez lo decisivo, de mala manera, y a través de Petrocaribe, afectó los beneficios de Shell en Refidomsa, que históricamente no han sido simplemente lo que le corresponde por ser dueña del 50% de las acciones como se ha dicho. Sin el control efectivo del Estado Dominicano, desde siempre ha tenido libertad para comprar crudo y derivados, lo ha hecho bajo contratos de largo plazo, de corto plazo, con cualquier país, también ha realizado compras en el mercado spot en cualquier cantidad, y en cuanto al precio pagado en el exterior por crudos y derivados, nunca ha permitido la intervención del Estado Dominicano, de modo que nadie en el país está en condiciones de asegurar que han sido los adecuados. Pero no sólo eso, con sus propios barcos, transportó los derivados a República Dominicana, es cierto que de tiempo en tiempo hacía concursos para los fletamentos, pero curiosamente al final estaba de por medio la misma nave, como la famosa guagua «cheita» que iba y venía desde el Cibao a la misma hora todos los días, monopolizando el servicio;  curiosamente los concursos de fletamento de crudos y derivados siempre los ganó la misma Compañía ó alguna otra relacionada, el barco ha sido el mismo. Con Petrocaribe, Chávez le quitó esa libertad a Shell y también los ingresos que implican.

Se recuerda que en vano los Presidentes Balaguer, Fernández Reyna y Mejía, y de manera reiterada, quisieron renegociar el contrato de administración que se tiene firmado con Shell, obsoleto por demás, con el interés de que aumentara sus inversiones en Refidomsa, para que la pusiera en condiciones de cumplir con su papel de suministrar los productos refinados que necesitaba la economía y que al mismo tiempo ahorrara divisas al país. El argumento de los presidentes era sólido, en los 36 años que tiene en operación el ahorro acumulado de divisas apenas llega a US$400 millones al final del 2005, alrededor de US$11 millones anuales, un monto insignificante cuando se compara con la factura petrolera. Nunca aceptó renegociar, usó la estrategia de ganar tiempo, conoce el comportamiento dominicano, sabe que con los cambios de gobierno el interés cambia. Para Shell la reconversión no era viable sin grandes inversiones que probablemente serían fondos perdidos ó de poca rentabilidad, es decir, la refinería de por sí, como negocio, hace años dejó ser de su interés, se mantuvo en el negocio mientras pudiera ejercer el monopolio de la importación de los derivados y la libertad de gerenciar compras y precios, lo que perdió con Petrocaribe.

Es necesario mencionar, además, que en el pasado Shell fue acusada de no entregar la totalidad de los diferenciales producidos por las ventas de combustibles, de que usó parte de ellos para inversiones en Refidomsa, una de las razones por la que el cierre de los años fiscales se retrasaba por años, hasta el punto de que la DGII tiene reclamos pendientes. Es decir, cuando en Refidomsa se ejecutaba algún proyecto, la obligación de Shell era aportar su 50%, sin embargo, y sin la autorización expresa del gobierno, con parte de los diferenciales financió la totalidad. Eso nunca se ha aclarado debidamente, y ahora que se habla de la venta de activos, sería bueno que el gobierno lo puntualizara. Para los diferentes gobiernos, desde Balaguer y hasta el actual del Dr. Leonel Fernández Reyna, el manejo de Refidomsa ha sido un punto negro, el Estado Dominicano ha estado bien representado en la Junta de Directores, el problema ha sido que el organismo ha tenido como función única refrendar decisiones tomadas por Shell, por lo general irreversibles.

El gobierno decidió concentrar las compras

Cuando el gobierno actual decidió concentrar las compras a Venezuela y autorizó que barcos petroleros de PDVSA hicieran el transporte semanal de los combustibles, un pre-requisito de Chávez para financiar parte de la compra diaria que se le hace, Shell planteó que la decisión era anti-económica para la refinería y para el país, el flete marítimo se encarecería en US$214,000 dólares y el crudo de Venezuela costaría más que el de México (lo que es cierto pero también es cierto que el de México es de poca calidad), estimando la pérdida anual de Refidomsa en US$16 millones. Que de implementarse Petrocaribe, se tendría que subsidiar a Refidomsa anualmente con la suma mencionada, algo que debía ser preocupante para un gobierno que tiene que erogar más de US$600 millones anuales sólo para compensar el sub-sector de la energía eléctrica, y Shell lo sabía, probablemente por eso lo planteó, pero el gobierno no le hizo caso.

Excepto la inversión en Refidomsa, todos los demás negocios de Shell son muy rentables, su estrategia correcta será vender el paquete y no los componentes. El que compre el paquete, y no dudo que sea Venezuela, debería comprometerse a invertir US$500 millones en la Refinería, para que cumpla con su papel de ahorrar divisas al país, para lo que fue creada. También pueda que se interesen algunas de las compañías petroleras que internamente compiten con Shell, para aumentar su participación en el mercado local en los negocios de venta de combustibles en las estaciones, aeropuertos, su transporte interno y comercio de lubricantes. En cualquier caso, el gobierno debe asegurarse de que el nuevo socio invierta recursos frescos en la refinería, esa sería la ganancia de largo plazo, y la de corto plazo el 25 por ciento que cobraría la DGII como ganancia de capital por la transacción.

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