El 19 de noviembre escribíamos, no para hacer música de las palabras, sino como una humilde contribución para evitar daños a la economía estadounidense que podrían tener efectos colaterales sobre la economía dominicana, que Estados Unidos debería imitar a la República Dominicana en materia de coordinación de las políticas fiscal y monetaria.
Y explicábamos que nuestro país es un caso de éxito en la coordinación de ambas políticas, que ha llevado a un largo y envidiable período de crecimiento con estabilidad, a pesar de que el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, se ha mantenido en la gobernación del Banco Central en tres veces en que ha habido cambio de presidente: en 1996 (de Joaquín Balaguer a Leonel Fernández), en 2012 (de Leonel a Danilo Medina) y en 2016 a 2020 (de Danilo Medina a Luis Abinader).
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La convivencia ha sido posible porque Valdez Albizu ha entendido que la política fiscal es prerrogativa del Ejecutivo y que corresponde a la autoridad monetaria, cuya relativa autonomía debe respetar el Presidente, apoyarla en base a un trabajo coordinado. Pero tanto Donald Trump como Jerome Powell han hecho pronunciamientos que no ayudan a esa convivencia. Tras Trump resultar electo, Powell declaró , al responder una pregunta periodística, que no renunciaría al cargo aunque se lo pidiera el Presidente.
Y ahora Trump, no se sabe si porque se sintió desafiado o porque definitivamente no está interesado en trabajar con Powell, arremete contra la decisión de la Fed de pausar la baja de los tipos, advirtiendo que Powell y la Fed no pudieron detener el problema que crearon con la inflación, pero que él lo hará liberando la producción de energía estadounidense y reduciendo regulaciones.