Es posible, y necesario, el desarrollo de Sánchez

Es posible, y necesario, el desarrollo de Sánchez

LOURDES CAMILO DE CUELLO
Sánchez quedó rezagada. Los sancheros le echan la culpa a la carretera actual y su preocupación es mayor cuando saben que habrá otra carretera que llevará directamente desde Nagua hasta Las Terrenas pasando por Cozón. «Ya no pasarán ni por la entrada» murmura uno de los lugareños.

Lo que no saben es que la carretera que une a Santo Domingo con Samaná llegará a Nagua, muy próxima a Sánchez.

¿Han pensado los sancheros en prepararse para tal acontecimiento que está a pocos meses de concretarse?

¿Qué puede ofrecer Sánchez a la oleada de nativos y extranjeros, ya abierta la nueva carretera para que no pasen de lado obviando sus atractivos?

En primer lugar tendrían que organizarse. Evaluar qué poseen y desarrollar lo posible.

Exigir a los que han acudido a su llamado a que les traigan soluciones: La de las tierras anegadas sería una de ellas, la del procesamiento del limo que les trae el río Yuna a sus costas, es otra, ¡la de la contaminación de las aguas del mar que se produce como consecuencia de las filtraciones y desbordes de la «presa de cola» en la mina de oro de La Rosario es la mayor, para Sánchez, y para toda la Bahía se Samaná, a mediano plazo!

Iniciar brigadas entre líderes del pueblo, autoridades de SECTUR, Medio Ambiente, Patrimonio Cultural, Floresta, entre otros; hoteleros, comerciantes, sacerdotes, etc., para que juntos organicen brigadas de limpieza, de ordenamiento del pueblo y rehabilitación de las casas victorianas. Es tarea menor a las anteriores.

El pueblo de Sánchez puede reunir a todas las cocineras del pueblo y recordar las más exquisitas recetas de camarones, pescados y cangrejos, pero no puede abordar los grandes problemas que se ha acumulado en sus riberas y que van poco a poco liquidando lo que fue una vez su riqueza natural: la pesca.

Con ayuda de los hoteleros de Samaná, Las Terrenas y Las Galeras, instalar pequeños espacios gastronómicos para crear puntos focales para el turista o visitante; pueden hacerlo.

Limpiar la playa y el Malecón con la asistencia del síndico y otras autoridades, resolver con el auxilio de INAPA el problema de las aguas negras, es simple. Solicitar cooperación internacional para dragar el puerto y convertirlo en una bella marina, es posible.

Recuperar la ciudad y con el concurso de las autoridades de Cultura, instalar las Escuelas Libres donde los sancheros puedan aprender artesanía, bailes nuevos, pintura, teatro, mientras INFOTEP les lleva profesores de carpintería y otras profesiones prácticas que les permitan ofrecer sus servicios a los polos turísticos que les circundan. Puede hacerse.

Convertir sus fiestas patronales en una fecha memorable para toda la región, con bailes y juegos, y realizar una ruta turística para enseñar el antiguo ferrocarril, la estación, los rieles, el antiguo edificio del Royal Bank of Cánada y sus casas victorianas, puede asumirlo la comunidad.

Instalar una librería donde se encuentren los libros de don Emilio Rodríguez Demorizi y otros ciudadanos prestantes, a la par de un buen café, puede hacerlo cualquier sanchero que retorne de la emigración con unos pesos.

Esas son sólo algunas ideas mientras el Estado se aboca a recuperar el Correo, una de las casas más bellas de Sánchez, a apuntalar las que están en deleznables condiciones y a continuar el trabajo de apoyo a esta comunidad tan olvidada, que no aparece en los planes turísticos de SECTUR.

Pero, las tareas mayores concentradas en la desembocadura del río Yuna, son tareas del Estado, grandes tareas del Estado, sin la solución de las cuales, todas las demás son tonterías.

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