Por Julio Ravelo Astacio
Dormir es uno de los mayores placeres de la vida. También se puede ver como una obligación, porque si no duermes estás perjudicando tu organismo. Es como: apartarse de la vida para seguir viviendo, alejarse de las tensiones del diario vivir, desconectarse del mundanal ruido, de ajetreos y dificultades que nos impone la cotidianidad. Es seguir viviendo, pero sin estar atentos a la Sra. Vida, recargar las baterías para seguir adelante. Salir, para regresar fortalecido. Poner en estado de reposo el cuerpo, y conciencia reducida.
Resulta difícil encontrar persona que, en alguna ocasión sin importar las causas, no haya podido dormir. Se levanta Ud. con cara de pocos amigos, contrariado, irritado, lento para la toma de decisiones.
Algunas personas insisten en afirmar que nunca sueñan. Afirmación que no es cierta, todos soñamos. Ocurre que algunos olvidan con facilidad, otros tienen un “super yo” muy fuerte.
El sueño es el reino de nuestras pulsiones, aquello que deseamos profundamente.
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Es una producción íntima y personal en la que cada individuo genera un contenido en función de sus experiencias, su personalidad, la situación por la que está atravesando al momento de soñar, sus traumas, inquietudes y deseos.
Bueno, pero si Ud. sueña en nuestro querido terruño cada situación, objeto, animal o cosa representa un número para ganarse la lotería: “Hombre 5”, “Mujer 6”, “Niño 03” “Policía 7”, “Guardia 8”, “arroz crudo es 23”, “Si le roban eso da 34”, “si es con una serpiente 7”, “con vacas bravas 88”, “si es una vaca lechera juegue el 28”, “con sapos grandes: abundancia y futuro prometedor”, “un río con aguas turbias: un lío”, “con aguas cristalinas: paz y tranquilidad”. En fin, como aquí de todo sabemos, pregunte y obtendrá “sabias respuestas”.
El electroencefalograma (EEG) y la polisomnografía han sido aportes importantes para comprobar que durante el sueño se presentan ciclos en los que alternan episodios de sueños sin movimientos oculares (No REM) y sueños con movimientos oculares rápidos (REM) (Rapid Eye Movement).
El sueño REM es la fase más interesante. Durante este período ocurren cambios corporales característicos. Disminuye el tono muscular, aumenta la resistencia eléctrica de la piel, se altera el ritmo respiratorio, el pulso se vuelve más irregular, aumenta ligeramente la motilidad del aparato digestivo, se producen erecciones en el hombre, aumento del flujo vaginal en la mujer, producto de la activación del hipotálamo y la hipófisis se produce aumento en la producción de algunas hormonas: prolactina, cortisol, testosterona, hormona del crecimiento. En este período se provocan la mayor parte de los infartos, crisis asmáticas, accidentes cerebrovasculares…
Vale destacar que muchos jóvenes no duermen las horas adecuadas durante la noche. Dedicándose a los videojuegos e invirtiendo el horario de sueño. No descansan de manera adecuada, ejercitan de manera casi compulsiva los músculos y ligamentos de manos y brazos por lo que, sufren del síndrome del túnel carpiano.
Las posturas viciadas les pueden provocar fuertes dolores de espalda y si vulneran las horas de sueño y reposo, buena parte de ellos van a presentar trastornos de ansiedad y depresión.
No podemos dejar de mencionar el insomnio si hablamos de dormir y soñar. Esta dificultad para conciliar el sueño en la noche, despertarse y no volver a dormir. Se estima que de un 10-15% de la población adulta padece de insomnio crónico, y que un 25-35% lo ha sufrido de manera ocasional.
Es más frecuente en ancianos, mujeres y en personas con enfermedades psiquiátricas. Entre los trastornos psiquiátricos que lo producen tenemos: depresión, ansiedad, estrés postraumático, esquizofrenia y trastornos obsesivos compulsivos.
Dormir es bello, es rico, pero no por ello deje de cumplir con sus compromisos y obligaciones. Luego de una buena jornada de trabajo, hacer ejercicios, una buena caminata, le hará sentir de nuevo el deseo de ir a la cama con sueño y ganas de dormir. No tiene que concentrarse para dormir, es todo lo contrario, basta relajarnos, desconectarnos para que el sueño aparezca. Contar ovejitas, hacer algún tipo de relajación, combinando respiración profunda y retención del aire para aliviar tensión y el estrés, puede recurrir a la sencilla técnica de Weil, y si no mejora su insomnio lo aconsejable y prudente es visitar al psiquiatra