¿Es tan necia la intolerancia oficial?

¿Es tan necia la intolerancia oficial?

FIDELIO DESPRADEL
Como bien dijo el editorialista de Hoy y una parte importante de la prensa, seguro que lo del atropello a la libertad, en la persona de los jóvenes de “La otra Feria: República Dominicana desde Adentro”, fue un atropello. ¡Seguro!. Para los que luchamos por cambiar el rumbo del país, la democracia y la libertad son la condición para el desarrollo; para la expresión de los ciudadanos y ciudadanas, para su libre organización y lucha, y para que el país pueda, en un proceso, construirse en base a los intereses y la lucha de las mayorías de la Nación, y no de una oligarquía económica, política y social, como lo ha sido desde 1965 y 1966. Pero este acto de arbitrariedad, siendo un atropello, no fue una torpeza del partido y el grupo de poder.

¡No! Refleja una tendencia en este partido, y principalmente en todo el estamento del poder real del país. Y una tendencia está consustanciada con el modelo económico que nos han impuesto y con las “clases políticas y empresariales” que sustentan el poder, principalmente desde 1966.

¿Qué fue lo que hizo el PLD con el metro, obra que sólo es apoyada, como prioridad, por el 0.9% de los ciudadanos y ciudadanas? ¿Qué es lo que hizo con la Isla Artificial, enviada desde el Palacio para que los fulleros del Congreso lo aprobara subrepticiamente la madrugada antes del traspaso? ¿Qué es lo que hace el grueso de los funcionarios, imponiendo arbitrariamente sus puntos de vistas e intereses?

¿Y el funesto caso del proceso de privatización de las empresas del Estado, en el pasado Gobierno del doctor Fernández?

¿No fue acaso una imposición arbitraria el caso de los 15,000 colonos azucareros, impedidos por el Gobierno de adquirir los ingenios estatales, perjudicando con ello las ochocientas comunidades “cañeras”, y al proceso de industrialización nacional?

¿Y el caso de traspasar a manos privadas, para que terminaran en manos de capitales extranjeros, el monopolio estatal de la industria de la harina, y el monopolio de la electricidad, convertido, por acción del Gobierno, en un oligopolio en manos fundamentalmente extranjeras? Y saliéndonos del ámbito exclusivo del PLD y sus gobiernos. ¿No es un caso de imposición arbitraria lo que hicieron con la Ley 299 los “industriales” que se formaron como socios subordinados de Trujillo, cuando la utilizaron para fomentar oligopolios en manos privadas, para concentrar la industrialización en la ciudad capital, boicoteando la descentralización industrial y el fomento de industrias con una fuerte capacidad de generar empleos y de procesar materias primas nacionales?

¿No es acaso esta herencia y cultura del oligopolio una imposición arbitraria en un país que, desde 1961, se le abrieron de par en par las puertas para un proceso de industrialización acelerada, en base al fomento de industrias en todo el país, con alta capacidad de generar empleos y con vocación de utilización de materias primas provenientes de la agropecuaria y de otras fuentes nacionales? Y el caso de los oligopolios que dominan hoy en día la casi totalidad de la economía del país, en el campo industrial, agroindustrial y del gran comercio. ¿No son FERQUIDO y FERSAN expresión de esa cultura del oligopolio? ¿Cómo se fijan los precios de los productos del gran comercio? ¿No es el oligopolio prohibido expresamente por nuestra Constitución? ¿Y qué es lo que está pasando con INFADOMI y la tendencia a que las inmensas empresas farmacéuticas norteamericanas le impongan al país su poderosísimo oligopolio mundial?¿No es acaso una imposición arbitraria que hayan derrocado el gobierno de Bosch porque no se avenía a los planes y cultura de esa oligarquía económica?

¿No es también una imposición arbitraria haber apoyado a los norteamericanos, que vinieron a torcer el rumbo que el país se había dado en la Revolución democrática de Abril de 1965, para entonces construir este país de los oligopolios, de la utilización del Estado para provecho propio y para la acumulación originaria de capital, en base a la corrupción y a los favores del Estado?

¿Qué es lo que hace el Gobierno actual con la distribución de las partidas del presupuesto y con el modelo económico que rige el país?

 No es acaso una imposición arbitraria, a nombre de “toda” la sociedad? El reclamo de libertad y democracia, como condición para la lucha, la organización y el desarrollo, es una reivindicación fundamental para el verdadero pueblo dominicano. Los jóvenes de “La otra Feria: República Dominicana desde Adentro” actuaron por todo el pueblo, en su reclamo de libertad y democracia para desarrollar, pacíficamente, su iniciativa. No se trata de izquierdistas o derechistas. ¡No! Los jóvenes actúan en función del espíritu progresista que es consustancial con su condición de jóvenes; en función de su capacidad de soñar. El atropello del Gobierno contra ellos es un golpe contra toda la sociedad; contra la libertad, que junto a la democracia, son una condición para el desarrollo. Y como tal, merecen todo nuestro apoyo y solidaridad.

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