¿Es tarde para ablandar hostilidades entre Trump y Powell?

¿Es tarde para ablandar hostilidades entre Trump y Powell?

Jerome Powell

Cuando aún teníamos viva la esperanza (antes incluso de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo: 19 de noviembre pasado) sobre la posibilidad de que prendiera, bajo la nueva administración, la convivencia entre el Ejecutivo de Estados Unidos y la Reserva Federal, en el entendido de para el éxito de la política económica es importante que la política fiscal y la política monetaria se coordinen y complementen, dimos riendas sueltas al deseo de que este propósito se cumpliera.

Lo habíamos hecho convencidos de sería lo mejor para Estados Unidos, para República Dominicana, que tiene en ese país a su mayor socio comercial y su principal fuente de financiamiento, y para la economía mundial, pues nadie duda sobre el peso que tiene Estados Unidos sobre la economía dominicana y sobre la economía global.

En aquella ocasión señalábamos que la República Dominicana, a pesar de ser un país pequeño, podría ser tomada por Estados Unidos como ejemplo de convivencia entre la política monetaria y fiscal, que ha dado como resultado un largo período de crecimiento con estabilidad de precios.

Señalábamos entonces que no es prudente que, (aún esté amparado por la fuerza del voto popular) un presidente invada la autonomía de la autoridad monetaria, y que tan poco lo es que el presidente de la Reserva Federal reaccione de forma que se interprete como un desafío a la autoridad del Ejecutivo, en vez de actuar como lo ha hecho el gobernador del Banco Central de República Dominicana, Héctor Valdez Albizu, a quien sin caer en flaquezas y habiendo servido durante cuatro mandatos presidenciales, nunca se le ha escuchado decir de forma categórica, antes de la toma de posición del nuevo presidente, que él no renunciaría si se lo pidiera el nuevo jefe de Estado, como lo ha hecho el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell.

Lo que ha ocurrido después es frustratorio: el presidente Trump ha elevado el tono de sus críticas a Powell, y éste ha reaccionado de manera más desafiante, olvidando que la jerarquía y la cobija del voto popular con que cuenta Trump, le obliga, sin subordinarse, a cuidar más el discurso al abordar las diferencias.

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El episodio más reciente lo generó la afirmación de Powell de que las medidas arancelarias del presidente Donald Trump tendrán un impacto negativo sobre la economía, en vez de limitarse a decir que el Consejo de la Fed, no él, apoyarán sus decisiones sobre las tasas de interés apoyado que los datos que arroje la economía, sobre todo sobre el comportamiento de la inflación y del PIB.

La reacción de Donald Trump no se hizo esperar. Tras reiterar sus críticas a Powell por no bajar las tasas de interés, como lo acaba de hacer el presidente del Banco Central Europeo, dijo que podría forzar la salida de Powell de la Fed. “Si se lo pido, se irá”.

No hay precedentes en Estados Unidos de que un presidente forzara la salida del presidente de la Fed, pero Trump asegura que está en capacidad de hacerlo.

Ojalá que en estos tiempos, en que con frecuencia la convivencia suele brillar por su ausencia, ya no sea tarde para evitar que estos actores, que tienen una importancia de primer orden en la conducción de la política económica de Estados Unidos, tensen la cuerda hasta provocar una ruptura, que de producirse, esperamos que no provoque un trauma institucional.

Mario Mendez

Mario Mendez

Licenciado en Economía, del Instituto Tecnológico de Santo Domingo
(INTEC), con más de 40 años de ejercicio en el Periódico HOY.

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