Es tiempo del PLD

<p>Es tiempo del PLD</p>

FERNANDO REYES CASTRO
Si analizamos uno por uno los procesos electorales de los últimos diez años, nos damos cuenta que el pueblo dominicano ha tenido el mismo comportamiento histórico, vuelca sus simpatías y apoyo total a la organización política que entiende solucionará sus problemas fundamentales. Lo hizo con el PLD en las elecciones del 1996, con el PRD en el 2000 y volvió a confiar en el PLD en el 2004, esta vez para volver a instalar en el gobierno al doctor Leonel Fernández Reyna. Dos millones 63 mil 871 dominicanos y dominicanas, el 57.7 por ciento de los 3 millones 613 mil 700 sufragios válidos de esas elecciones, confiaron en el PLD y su líder. Se trata del mayor apoyo popular logrado por organización política alguna desde que la Dignidad Nacional, nuestro maestro y líder por siempre profesor Juan Bosch, logró la arrolladora victoria en las primeras elecciones libres y democráticas en el país en 1962.

Esa confianza depositada por nuestro pueblo en el PLD y su líder fue ratificada en las recientes elecciones congresuales y municipales otorgándole la mayoría de los senadores, diputados y síndicos.

Todos y cada uno de los miembros del Partido de la Liberación Dominicana, debemos tener muy presente que nos ganamos ese gran apoyo popular porque el pueblo vio que, en el año 2000, entregamos al Partido Revolucionario Dominicano un país con una envidiable estabilidad macroeconómica, un crecimiento sostenido del Producto Interno Bruto por encima el 7% promedio anual, con bajo nivel de inflación, reducción del índice de pobreza en un 1% y una tasa de desempleo reducida al 13.8%, que entregamos un país con optimismo y fe en su futuro; y lo comparó con la situación de cuatro años después, con un país al que el PRD lo sumió en una crisis económica y social sin precedentes, con un nivel de crecimiento del PIB que no superó el promedio del 2% anual, con una alta tasa de inflación y un nivel de desempleo por encima del 17%, incremento del índice de pobreza al 15%, con un nivel de devaluación de la moneda nacional que rondó el 80%, con una deuda pública que sobrepasó los 20,000 millones de dólares, con un país con los actores económicos y el pueblo en general sumergidos en la incertidumbre, la desconfianza y el pesimismo total.

La gran mayoría del pueblo dominicano entendió que era el tiempo del PLD, que era tiempo de reclamar la herencia histórica de lucha por la dignidad nacional, por la institucionalidad, decoro, la honestidad, la libertad y la justicia social que le legó el profesor Juan Bosch. Todos los miembros del Partido de la Liberación Dominicana, como actores políticos, tenemos que estar conscientes de que es el tiempo del PLD y que nuestro compromiso con la República Dominicana es encausarla por el sendero del desarrollo, del progreso y del bienestar en un mundo que cada día exige más, y de esta manera contribuir al bienestar común de todos y cada uno de los dominicanos.

Es tiempo del PLD no lo desperdiciemos, dediquémonos con ahínco a gobernar y legislar bien, porque sólo con un ejercicio gubernamental nacional y local bueno, y con legisladores dedicados al fortalecimiento de la institucionalidad democrática, el pueblo dominicano seguirá diciendo, en el 2008, que sigue siendo tiempo del PLD.

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