Es tu elección

Es tu elección

Existen realidades que no podemos eludir. Pensar que las cosas serán como las construimos en nuestros pensamientos, es un error garrafal.

No  queremos escuchar malas noticias y, mucho menos, que hechos catastróficos ocurran en nuestras vidas o en la de los nuestros.

Sin embargo, hay realidades que son ineludibles.

Escrito está: habrá pestes, ocurrirán terremotos,  no podrá contenerse la bravura del mar, se levantará nación contra nación, se originarán guerras en diversos lugares, la maldad aumentará, el amor se enfriará…

Cólera, cáncer, parásitos en el cerebro, infartos, violencia, crímenes, pérdida de la valorización a la vida…

Escrito está.

Dios ha puesto delante del hombre el camino de la vida y el camino de la muerte, la facultad de recibir todo el bien que sólo Él tiene para nosotros o todo el mal que diseñó Su enemigo y por consiguiente, el nuestro.

Ningún ser humano está exento de ser víctima del mal.

Nuestra única garantía de vida es elegir el bien, decidirnos por escuchar y entender a Dios. Permitirle ser nuestro consejero y guía.

Los hechos están ocurriendo. Los acontecimientos anunciados están sucediendo.

En esta última etapa, procuremos estar seguros de que nos hemos apropiado de la autorización que nos extendió Jesús de Nazareth, el Hijo del Dios viviente, para  hacer la entrada a una eternidad junto a nuestro único Creador,  que es nuestro Padre y sustentador.

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