Yo sé que es inevitable que todos tengamos olvidos de vez en cuando, pero a muchas personas nos preocupa empezar a tener mala memoria, porque asociamos estos síntomas a la primera señal de la enfermedad de Alzheimer. Quizás por esa razón, los problemas de memoria son una de las causas más frecuentes de consulta neuropsicológica; y no debemos asociarlos únicamente a adultos mayores, ya que los fallos de memoria pueden ocurrir a cualquier edad, de hecho, según informes médicos, cada vez es más frecuente encontrar problemas de memoria en gente joven o incluso en niños, lo que les puede provocar problemas de atención. A pesar de todo, los problemas de memoria son unas de las quejas más frecuentes en las personas de la tercera edad.
Es cierto que con frecuencia muchas personas mostramos olvidos cotidianos, pero es importante tener claro que no todos los fallos de memoria son síntomas de deterioro cognitivo, enfermedad de Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia. Estas patologías suelen presentarse con fallos de memoria progresivos en frecuencia y gravedad. Si la pérdida de memoria es detectada por familiares o amigos cercanos, y comienza a interferir con las actividades diarias (trabajo, relaciones sociales, etc…) es substancial realizar una evaluación neuropsicológica profesional y buscar asesoramiento de peritos cualificados en demencias y problemas de memoria.
Es importante saber distinguir cuando estos despistes entran dentro de la normalidad, o cuando es una señal de alarma para actuar con celeridad. Un neuropsicólogo que leí recientemente mencionó que “los problemas de memoria relacionados con el envejecimiento o enfermedades neurológicas aparecen generalmente a partir de los 55-65 años de edad, y suelen caracterizarse por dificultades para encontrar palabras o para recordar cosas que hemos hecho hace unos pocos días”. Sin embargo, “los problemas de memoria de la gente más joven suelen tener que ver con no recordar detalles del pasado y sobre todo, con no recordar cosas que tenemos que hacer en el futuro”.
Se ha entendido que algunas posibles causas por las que se pueden producir problemas en la memoria, pueden deberse a “presión arterial, problemas de azúcar en la sangre y la mayoría de las veces, al estrés por exceso de trabajo”. Es por esta razón por la cual cada vez más personas jóvenes sufren problemas en la memoria y no se debe de asociar siempre a la temida palabra demencia. Para recordar es imprescindible almacenar la información en la memoria y para ello, debemos prestar mucha atención. Es común que los fallos en la memoria se produzcan simplemente por no haber prestado la atención necesaria o incluso porque nuestro cerebro a veces distorsiona la realidad.
De un modo u otro, los problemas de memoria muchas veces son reversibles y posibles de solucionar, pero hay que tener presente que la memoria es un bien que debemos cuidar de manera minuciosa. Por lo cual, debemos desechar de nuestra vida diaria cualquier factor que pueda ocasionarnos algún daño como llevar una mala alimentación, fumar, beber en exceso, las drogas, la vida sedentaria o el mero hecho de no ejercitar la mente.
Es recomendable intentar tener siempre una actitud positiva y ser consciente de lo fundamental que es trabajar con nuestra memoria. Si lo que nos produce los problemas en la memoria es el estrés laboral o el ajetreo que llevamos día a día, no debemos preocuparnos pero sí que debemos ocuparnos de intentar mejorar nuestra memoria a través de diferentes estrategias.
Me gustó escuchar hace unos días, que los seres humanos recordamos lo general como las personas, hechos y lugares, pero tendemos a olvidar los detalles, y es que no entendemos que muchas veces, olvidamos porque nuestro cerebro necesita olvidar. Probablemente no sabíamos, pero recordamos el 5% de lo que escuchamos, el 15% de lo que vemos y el 90% de lo que hacemos.