En la temporada de verano hay que optar por el uso de texturas y colores frescos, ligeros y suaves, los  que, en lugar de concentrar  calor, lo liberen y den paso a una temperatura más agradable.

Esta recomendación es válida no solo en la forma de vestir, sino también en todo lo referente al ajuar de la casa, desde sábanas, cojines y de manera muy especial, las cortinas, porque dependiendo  de la textura y color de éstas se dará un ambiente cálido o fresco.

Por eso, ¡a cambiar esas cortinas de tonos fuertes como el rojo vino, azul marino, marrones, negras y otros colores no apropiados para esta temporada veraniega!

La textura es también determinante cuando se quiere crear un ambiente fresco, es decir, que hay que olvidarse de los tejidos como el  poliéster, la lona etc. y dar paso a los visillos, ya que estos a través de su transparencia aportan frescura a los espacios.

Los visillos son los reyes para vestir nuestras puertas y ventanas esta temporada, aunque también puede usar  algodón porque esta tela no concentra calor y da una sensación de frescura.

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Colores más idóneos

El blanco, por supuesto, por ser  este es el rey de los colores de verano, así como también el amarillo, verde, rosado, naranja y azul. En cualquier espacio que se coloque un visillo con estos tonos se reflejará un ambiente mucho más fresco y acogedor este candente verano.