La economía en varias naciones e indicadores que generalmente sirven de pronóstico para una situación de crisis están en rojo, instituciones globales y múltiples economistas advierten del peligro de que se esté encubando un proceso recesivo y resulta evidente para los entendidos de que la economía se encuentra al final de un ciclo lo que implicaría, inevitablemente, una crisis y por si no fueran suficiente señales, las bolsas están presentando tendencias a la volatilidad. Sin embargo, por otro lado, hay quienes ven, o quieren ver, un panorama del que no se desprende una recesión. No pocos de los que aseguran que no hay ningún peligro a la vista pueden simplemente estar intentando evitar elementos de incertidumbres que impactan críticamente el desenvolvimiento de la economía porque antes el temor los inversionistas se retraen y los consumidores aplazan compras. Tratan de ahuyentar, aunque sea con “magia negra”, cualquier cosa que introduzca zozobra en 2020, año de elecciones en EEUU.
Los economistas que se respeten saben que la economía global ha estado creciendo por diez años producto de acciones de estímulo que se tomaron para salir del golpe económico que provocó la recesión del 2008 – 2009. Diez años de crecimiento supera el promedio de siete años que registra EEUU desde hace algún tiempo y ello significa que se han agotado los recursos de estímulo que se introdujeron, no hay mucho más que hacer, se está al final del ciclo y la recesión, más temprano que tarde, se abrirá paso. La guerra comercial iniciada por EEUU dirigida prácticamente contra el resto del mundo ineludiblemente incide negativamente en el comercio y ello altera los indicadores económicos. Ya les hablé recientemente de la inversión de la curva de rendimiento – indicador de que los bonos a dos años reflejan un rendimiento mayor a los de diez años – ese comportamiento siempre ha precedido una crisis- . En consecuencia, los analistas resaltan tres señales de crisis, a saber; en primer lugar, la referida inversión de la curva; en segundo, los indicios de estar al final del ciclo y en tercer lugar el comportamiento de las bolsas que muchos consideran que ya están demasiado “infladas”.
Alemania parece estarse deslizando a una recesión y otras 8 de las mayores economías están en crisis o todo indica que lo estarán en el corto plazo: Reino Unido, Italia, México, Brasil, Argentina, Singapur y Corea del Sur seguirían a Berlín y habría que preguntarse cuán fuerte, en un mundo crecientemente interdependiente, se produciría el “efecto dominó” y a qué fichas alcanzaría. Para el economista jefe de BNY Mellon Investment Management las tres acciones imprescindibles para detener el deterioro del escenario económico es, uno, acabar con la guerra comercial; dos acabar con la guerra comercial y tres de nuevo acabar con la guerra comercial. Por todo ello el informe del Bank of América afirma que “todo lo que podría salir mal está saliendo mal”.
No hay dudas, sí está en el radar un panorama de recesión económica lo que aún es difícil decir en qué momento explotará globalmente y con qué intensidad.