El Ministerio de Interior y Policía debió permitir la marcha de los haitianos que querían manifestarse el domingo para reclamar a la comunidad internacional que ayude a buscar una solución a la crisis de su país. Es un ejercicio de libertad que en nada daña a una nación abierta y democrática como la dominicana.

Esta marcha era auspiciada por la Iglesia Tabernáculo de Gloria, dirigida por el pastor John Henrys Santana, quien con un lamento de la decisión del Gobierno dominicano ha dicho que el reclamo no se hará público en obediencia a la decisión de Interior y Policía.

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Lo mejor que pueden hacer los haitianos que residen fuera de su país es unirse a gobiernos como el de la República Dominicana en el reclamo a la comunidad internacional de una solución rápida y urgente a la profunda crisis que vive el pueblo haitiano. Incluso, el pastor Henrys Santana ha dicho que los planteamientos que haría el domingo, en coordinación con compatriotas de 67 naciones, están en consonancia con los pronunciamientos del gobierno dominicano sobre la cuestión haitiana.

Quienes gobiernan la República Dominicana hoy parecen olvidar que sus ancestros políticos se organizaron, fundaron partidos y filiales, se manifestaron públicamente y reclamaron el fin de la Era de Trujillo en países como Cuba, Venezuela, Puerto Rico, Curazao y Estados Unidos de Norteamérica. Algo similar pasó con la guerra patria de 1965 y con la crisis político-electoral de 1978.

Hubiera sido hermoso ver el domingo en nuestras calles a los haitianos residentes en nuestro país reclamando a los organismos internacionales la búsqueda de una solución para la crisis de su país. ¡Lástima que la “apertura” de nuestras autoridades de Interior y Policía no lo permitiera!