El martes de esta semana, la prensa nacional e internacional informó que las autoridades de la República Popular de China habían decidido dejar caer el valor de su moneda, el yuan, como represalia por los nuevos aranceles que las autoridades de los Estados Unidos impusieron a las importaciones procedentes de ese país asiático. La decisión china, considerada como el inicio de una guerra de divisas, produjo una reacción inmediata del gobierno norteamericano que acusó a los chinos, ante el Fondo Monetario Internacional, de manipular la divisa y solicitó a esa entidad, por medio del secretario de Tesoro, Steven Mnuchin, “que proceda a eliminar la ventaja competitiva injusta creada por las últimas acciones de China”.
Para que podemos entender la nueva situación creada por la decisión de las autoridades de China, conviene explicar que el valor de una moneda es un arma poderosa en economía. Si su valor es muy elevado hace que las exportaciones del país sean menos competitivas, razón por la cual muchos países recurren a la depreciación de sus monedas para favorecer sus exportaciones. Adicionalmente, la depreciación de la moneda encarece las importaciones (lo que se compra fuera del país) e incentiva en gran medida que se compre lo que se produce localmente.
¿Cómo se deprecia una moneda? Las autoridades monetarias pueden utilizar varios mecanismos. Uno de ellos consiste en rebajar los tipos de interés lo que contribuye a reactivar la economía, evitar un escenario deflacionista y promover las exportaciones. Rebajar los tipos de interés afecta e incide en la demanda de divisa y en el tipo de cambio de la moneda con relación a otra divisa.
Un segundo mecanismo es la expansión cuantitativa, conocida en inglés como “quantitative easing” (QE), que es una herramienta no convencional de política monetaria utilizada por algunos bancos centrales y que consiste en comprar títulos del gobierno o de otro tipo de títulos de mercado para bajar las tasas de interés, aumentando así la oferta monetaria.
Un tercer mecanismo es la intervención del Banco Central vendiendo su propia moneda y comprando la de otro país, haciendo que el valor de su moneda caiga. Esta parece ser la vía que está utilizando las autoridades de la República Popular de China. Es un mecanismo que puede funcionar en el corto plazo, pero a largo plazo puede resultar muy costoso.
El cuarto mecanismo es la simple insinuación pública de las autoridades monetarias de que se proponen poner en marcha medidas para debilitar la moneda, buscando desalentar a los especuladores para que no compren la moneda del país. Este mecanismo, por lo general, no tiene muchos efectos.
La confrontación que se viene produciendo entre Estados Unidos y China está alarmando al mundo y creado serias incertidumbres. Un reciente editorial del periódico La Vanguardia de Barcelona señalaba que “las guerras se saben cómo comienzan, pero nunca como acaban ni los efectos colaterales que provocan”. Ojalá que no olvidemos las lecciones de la historia.