Escalinatas altas en casas coloniales

Escalinatas altas en casas coloniales

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
Las primeras casas de la ciudad de Santo Domingo fueron construidas sin previamente allanar el suelo, por lo cual a la mayoría les fabricaron escalones, pero hubo algunas a las cuales tuvieron que hacérselos más altos.

En la calle Arzobispo Meriño número 358 se aprecia la Casa de la Moneda, única edificación que tiene una puerta enmarcada en pilastras con cinco medallones de piedra tallada, hojas de acanto y que en su parte superior exhibe conchas, además de descansar éstas sobre un adorno de molduras.

Es una estructura empedrada cuya entrada es una doble escalinata colocada anexa a la pared de un lado de la acera, cada una con ocho peldaños del mismo material, donde la plataforma, que está al mismo nivel de la entrada, abarca dos metros más que el portón. Allí se encuentra instalada la Sociedad Filatélica Dominicana.

También, en la número 356 hay otra edificación parecida, donde se levanta «El Refugio» de la D.P.M. Corporation, la cual tiene una idéntica colocación de escalinata con los mismos peldaños de piedra. El marco de la entrada es igualmente empedrado, pero más amplio y bajito.

La parte superior del marco de la puerta tiene una moldura de ladrillos colocados desde su cimiento en forma escalonada. Hay una sola ventana enrejada y en el remate del techo se ve otra moldura igual de extensa que colinda con la casa vecina.

También, al llegar a lo alto de la cuesta de la calle Emiliano Tejera, se observa la elevada escalinata que tiene la entrada de las ruinas de San Francisco, la cual cuenta con doce peldaños de piedra tallada.

Igualmente se aprecia la otra escalinata de al lado, con la misma estructura empedrada pero con más altura, la cual tiene 16 peldaños. En su entrada hay un marco de gruesos bloques de piedra labrada que más arriba tiene un cordón franciscano enrrollado del mismo material.

Otra edificación levantada en una superficie igualmente alta es la situada en la calle Santomé número 312, donde está instalada la «Residencia de Orientación para la Joven», en cuya entrada, tanto a la derecha como a la izquierda, se aprecia una doble escalinata sobre un lado de la acera que en cada lado tiene 12 peldaños de piedra tallada y una baranda de hierro forjado.

Su puerta no tiene marco de piedra, pero en la parte superior se aprecia el decorado que es un espacio de medio metro de ancho de mampostería con un borde de moldura de tres pulgadas de alto que tiene un espesor de pulgada y media.

De ambos lados de la puerta aparecen unos curiosos tragaluces verticales, cuyos huecos son cuatro redondos en el centro y tres pequeños en cada lateral.

Tiene cuatro ventanas antiguas en una larga pared que va a dar a una galería que se une con el otrora templo de San Lázaro, en la cual hay tres arcos enladrillados de cuyo centro parten dos columnas redondas dóricas de piedra y otras dos arrimadas en los laterales.

 Al borde de su techo se puede observar una moldura enladrillada en forma escalonada que prolongándose empalma con la del templo vecino.

Así, en la calle 30 de Marzo número 173 hay una casa antigua sin puerta frontal, debido a que está entre otra pared paralela, sobresaliente del frente a ésta, la cual enlaza a una escalinata elevada utilizada como entrada que está de ese lado, con 16 peldaños de concreto.

En ella se observan unos balaustres corrientes que encima tienen agregado una baranda alta con barrotes de hierro, los cuales curiosamente están colocados de forma inclinada.

Su fachada tiene un alto balcón largo cuya baranda normal no tiene techo. Detrás se aprecia una ventana rectangular vidriada con rejas y otra lateralmente.

La parte superior del techo tiene el bordeado de una moldura rara, debido a que no continúa recta sino que al encontrarse con el espacio saliente de la entrada escalonada ésta dobla y se endereza al llegar a la otra pared donde sigue derecha.

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